Cuando Amparo Grisales le contó a Bocas que había tenido encuentros cercanos del tercer tipo una tarde de 1976, cuando vio entre los cerros bogotanos un ovni, la gente la acusó de haber sido testigo de este hecho porque estaba trabada. Es que Amparo nunca ha escondido que, de vez en cuando, se fuma un porro para relajarse, para poder leer un libro con mayor placer, para ver una de las películas que tanto le gustan.
En conversación con Las 2 orillas la diva se relajó y mostró su lado más humano. No escondió su gusto por la marihuana y se atrevió a hacer bromas sobre su edad, algo que, contrario a lo que se cree, no le molesta.