Muchos gabólogos andan dando sablazos contra la novela póstuma de García Márquez, perdón, de don Gabriel José de la Concordia García Márquez, «En agosto nos vemos» que de chiripa descubrió el gabólogo mayor, señor Gustavo Arango, periodista que azuzó duro para que la novela fuera publicada.
Que no está a la altura del escritor; que es floja y sin fuerza; que metieron mano en el texto, o mejor computador, para enderezar lo que algunos consideraron torcido en el trabajo realizado por, Gabito —Yo también entro al club de los confianzudos. ¿Por qué no?
Que es una obra menor, aseguran otros, y que fue “el ansia de billete” lo que aceleró la publicación del libro, sin atender la petición del autor de no publicar el texto. Hay que recordar que antes de que fuera entregada al público, el escritor Salman Rushdie dijo que publicar la novela seria «una traición a Gabo».
Pero como bien se sabe, la trayectoria de un escritor se construye de subidas y bajadas; un escritor no se mantiene en una línea perfecta de producción sino que está llena de altibajos; tanto que a veces lo agarra la maldición de esa cosa invisible que llaman el «temor a la página en blanco».
«Antes es mucha gracia», dijo mi abuelita, que El Gabo haya podido sacar de su magnífico cacumen una historia de amor cuando andaba ya atacado por la enfermedad del olvido y que por lo mismo, han dicho, la revisó y revisó, hasta que dijo que mejor no la publiquen.
Creo que también la morbosidad de saber cómo había escrito Gabo ya atacado por la demencia, hizo que fuera estridente el coro de quienes pidieron la publicación de la novela.
Lo cierto es que el pasado 6 de marzo de 2024, cuando se cumplía los 97 años del nacimiento del aracateño, el mundo recibió la noticia del lanzamiento de la novela «En agosto nos vemos». El universo literario amplificó por todos los medios el suceso; los gabologos brincaban de alegría en una pata; y el libro se echó a andar el mundo en las manos de los miles de lectores que no querían perderse la lectura de la novela.
Y claro, llegaron los expertos a criticar. Qué no han dicho tantos que a lo sumo solo habrán escrito la perorata contra la novela del escritor.
En el lanzamiento nadie habló de las excelsas virtudes del escritor, ya en el declive de su vida. Por el contario advirtió su hijo «No está totalmente terminado por Gabo ni tan pulido como sus más grandes libros, pero definitivamente tiene muchas de sus características: prosa preciosa, el conocimiento del ser humano, el poder de descripción, la creación de un personaje. Y además nos gustaba mucho que fuera este personaje femenino, una historia tan feminista».
A muchos nos gusta la novela porque no somos expertos en libros; si acaso somos ocasionales lectores para disfrutar un buen texto. No leemos con diccionarios a la mano y buscando con lupa que esconde una palabra escrita. No; nos deslizamos por los reglones y reímos o lloramos o reflexionamos, según nos conmueva la lectura.
Yo aprecio lo leído en la novela «En agosto nos vemos» pues sé que es producto del oficio de un hombre que nos asombró con otros trabajos y que no paró de escribir aun con su magín atacado por esa nebulosa de horror que debe ser la enfermedad del olvido.