A sus 67 años, el militar políglota y más que suficientemente formado Carlos Molina Tamayo se ha sumado, sin pensarlo ni dudarlo, a las filas de la oposición democrática que actualmente lidera el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. Implicado en los sucesos del año 2002, en que una revolución cívico-militar impulsó el cambio en Venezuela y logró la renuncia del dictador Hugo Chávez, ahora vive exiliado en España, aunque políticamente activo, y no renuncia a volver a su país algún día después del final de la interminable dictadura comunista.
Ricardo Angoso: ¿Cómo valora la detención del testaferro de Maduro, Alex Saab, y qué consecuencias puede tener la misma?
Carlos Molina: La detención y posterior extradición de Saab a los Estados Unidos traerá consecuencias a muchos de los integrantes del tramado delincuencial internacional del nefasto socialismo del siglo XXI, pues saldrán los compromisos y pagos de petrodólares venezolanos a todos los involucrados en la piñata que generaron Chávez y Maduro para sus compinches rojos en España, Nicaragua, Bolivia, Cuba, FARC, ELN, Hezbola, Irán, Turquía y pare usted de contar. Así como Pablo Escobar lo que más temía era una extradición a los Estados Unidos, la camarilla que rodea a Nicolás Maduro sabe que están en lista de espera para vestir una braga (chándal) anaranjada en una prisión de máxima seguridad en la gran democracia del Norte de América. ¡Están acabados¡
Ricardo Angoso:¿Qué noticias tiene acerca del efecto del covid-19 en Venezuela, nos puede dar alguna información?
Carlos Molina: Las únicas informaciones que poseemos hasta ahora son las que facilita el régimen y creemos que las mismas no se atienen a lo que realmente está ocurriendo en el país, como ocurre con casi todos los problemas que tenemos. Además, en la situación tan caótica que atraviesa Venezuela, es realmente muy difícil cuantificar los casos que hay ahora mismo y, aparte de esta consideración, la gente le da más prioridad a la consecución de alimentos y gasolina, principalmente, que a cuidarse del covid-19, Venezuela está en otra situación muy distinta a la que viven otros países que mantienen medidas de control sanitario y el confinamiento para evitar la propagación de la enfermedad, que en nuestra nación es un elemento más a añadir al caótico cuadro por el que estamos atravesando desde hace años.
R.A.:Parece que, incluso, la situación humanitaria se agravó en los últimos días, ¿es así?
C.M.: La situación ha ido empeorando paulatinamente en los últimos años en todos los órdenes de la vida, como si el régimen quisiera cocer a la población lentamente. A los problemas habituales de cortes de agua y luz y falta de combustible, se le viene a unir ahora el abastecimiento que, aunque ha mejorado algo en los últimos tiempos, lo ha hecho a unos precios inalcanzables en muchos productos para la mayoría de los venezolanos.
Se está especulando con numerosos productos, que hay que pagar en dólares, y los precios son incluso más altos que en los Estados Unidos, cuando el nivel de vida de la media de los venezolanos es paupérrimo. Casi todos los productos se importan y, por tanto, los precios, son muy altos porque nuestro tejido productivo fue destruido en estos años por los gobiernos de Chávez y Maduro, cuya nefasta gestión, junto con un sinfín de erróneas expropiaciones, nos ha llevado a esta situación absolutamente calamitosa.
LA OPOSICIÓN ANTE LA CRISIS ACTUAL
R.A.:¿Parece que la oposición está muy debilitada, como que hubiera perdido la fuerza que tenía hace un año, tanto en la escena internacional como en la nacional? ¿Qué percepción tiene usted?
C.M.:El covid-19 le vino de maravilla al régimen porque distrae la atención sobre el mismo, tanto a nivel exterior como interior. Ahora, no perdamos de vista que el gobierno interino, el legítimo de Venezuela, sigue siendo el reconocido por la mayoría de los países democráticos del mundo y eso es lo realmente importante. Pero, dicho esto, también quiero señalar que las posibilidades de salir del régimen de Maduro utilizando los recursos internos, es realmente muy difícil porque el régimen de Maduro utiliza el terror, al estilo del régimen comunista cubano, para amedrentar a la población. Es, por ello, que nosotros pedimos ayuda a la comunidad internacional para salir de esta situación y, muy especialmente, a las naciones democráticas de América, con la OEA y el grupo de Lima al frente, para superar esta crisis.
Europa, lamentablemente, no parece que vaya a hacer nada y España, con este gobierno socialcomunista, tampoco lo va a hacer en las actuales circunstancias. Incluso, este ejecutivo de Sánchez es más un aliado del régimen de Maduro que de la oposición democrática. El resto de las naciones europeas, padeciendo ahora esta crisis del covid-19 y atendiendo a sus problemas más acuciantes, tampoco están en condiciones de tomar la iniciativa con respecto a la situación por la que atravesamos en Venezuela. Por eso, en estas condiciones, esperamos más la ayuda de los Estados Unidos y las naciones democráticas de América que de Europa.
En lo que respecta a la oposición, parece que su papel ha mermado o se ha debilitado pero no es así y sigue al frente moralmente del país, liderando en la calle las protestas. No obstante, sin la ayuda exterior, quizá en una primera fase diplomática y después con una suerte de injerencia humanitaria, será muy difícil el cambio político en Venezuela. Necesitamos la ayuda internacional para facilitar el cambio de régimen porque internamente no se dan las condiciones para el mismo y las fuerzas con las que contamos son escasas para hacer frente a la dictadura brutal de Maduro.
R.A.:Se tiene la percepción desde Europa que Estados Unidos se muestra menos interesado en la salida de Maduro, ¿qué piensa al respecto?
C.M.:No lo creo, sino que estamos en otra fase de reflexión y análisis dentro de la administración Trump para dar la respuesta precisa y contundente al régimen. Creo que se están tomando las medidas adecuadas para ir acorralando a la dictadura de Maduro, utilizando todos los resortes y mecanismos adecuados para que el proceso sea exitoso. Por ejemplo, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos publicó una lista en la que ponía precio a la cabeza de los jefes narcoterroristas de este régimen abyecto y miserable que ha llevado a la miseria más absoluta a millones de venezolanos. Se está en otra fase, pero se continúa luchando desde Washington contra la narcodictadura.
LOS SUCESOS DEL 2002 Y EL MOMENTO ACTUAL
R.A.: Han pasado veinte años desde los acontecimientos del 2002, cuando todos esperábamos un cambio que no se dio, y seguimos todavía esperando ya sin mucha esperanza.¿Se atrevería a hacer un vaticinio acerca de lo que pueda pasar en los próximos meses, hacia dónde va a ir Venezuela?
C.M.: Los acontecimientos del 2002 los viví muy intensamente como protagonista y actor de los mismos, ya que era militar en funciones en aquellos momentos tan difíciles. Le puedo decir que desde el 2002 hasta hoy, en que ha llegado el presidente interino Juan Guaidó, no hemos tenido una ventana tan grande como la que tenemos ahora para salir de este régimen, aunque Maduro juega a que el presidente Trump, quizá su mayor enemigo ahora en la escena internacional, no salga elegido.
Otra apuesta del régimen, claramente visible, es la organización de unas elecciones legislativas fraudulentas y acabar destituyendo al presidente interino. Esa ventana que tenemos ahora seguirá abierta por unos meses y las condiciones son muy óptimas para salir del régimen. La dictadura de Maduro está muy desprestigiada, tiene una naturaleza criminal ilegítima y, además, tenemos encima de la mesa unas órdenes de captura contra sus dirigentes que no van a prescribir, es decir, tiene todos los elementos en su contra.
Tenemos que lograr que el régimen quiebre y se pase esta página siniestra de la historia de Venezuela, aunque no será un camino fácil porque los dirigentes de este narcogobierno saben que no tienen ningún futuro y no encontrarán la paz en ningún lugar del mundo. Saben que algún día serán detenidos y procesados por sus graves delitos y también por sus crímenes contra el pueblo venezolano, nunca tendrán descanso y lo saben. Además, las órdenes de busca y captura de la justicia norteamericana no prescriben nunca y los dirigentes del narcorégimen saben que no van a tener descanso hasta que no respondan ante la misma. Da la impresión que estamos en un letargo, a causa del covid-19, pero creo que la oposición democrática sigue teniendo la misma fuerza y el apoyo de la comunidad internacional, a excepción del gobierno socialcomunista español, sigue siendo el mismo.
R.A.:¿No se detectan tampoco fisuras y que la estructura del mismo sigue siendo monolítica?
C.M.: En estos regímenes dictatoriales y criminales, como sabe, cuando sale una cabeza que disiente se le corta y punto final. No puede haber disidencia dentro de una dictadura, pero sí en una oposición democrática, donde hay disparidad de opiniones, como ocurre en Venezuela. Las disidencias en estas dictaduras comunistas son acalladas y perseguidas de una forma implacable, tal como han demostrado los Castro y también Maduro con numerosos ejemplos.No se ven fisuras porque quien habla contra el régimen lo acaba pagando de por vida y, entonces, nadie se atreve a desafiar a los tiranos.
Tengo noticias de que hay gente muy preocupada porque quiere salvarse, sobre todo después de la orden emitida por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, poniendo precio a las principales cabezas de este narcorégimen. Son algunos funcionarios que han saqueado miles de millones de dólares de las arcas venezolanas y que no quieren perder lo que tienen y acabar en la cárcel, tal como les espera; tienen puente de plata para irse de Venezuela sin pagar por sus delitos y crímenes.
R.A.:¿Piensa que el disco duro del régimen venezolano está en Cuba, qué Venezuela se convirtió en una colonia de La Habana?
C.M.: Me consta y sé que es así, tengo todos los elementos para afirmarlo y sostenerlo. Fidel Castro primero utilizó a Chávez, sacando todos los recursos y el petróleo de Venezuela para uso propio, y después muy hábilmente colocó a Maduro para que esa línea financiera para apuntalar al régimen cubano continuara sin problemas. Maduro es un títere del régimen comunista cubano. Cuba siempre mantuvo a su régimen con la ayuda de otros países porque su modelo era un absoluto fracaso económico en todos los sentidos y no se podía sostener por sí mismo, aprovechándose primero de la ayudas de los soviéticos y después del régimen de Chávez y Maduro. Castro siempre tuvo en el punto de mira a Venezuela, desde los primeros años de la fracasada revolución cubana, y, finalmente, consiguió instalar un régimen dócil y sumiso a sus intereses políticos y económicos.
R.A.:Han pasado treinta años desde la caída del Muro de Berlín, ¿cómo será la salida de Venezuela del comunismo?
C.M.: El escenario óptimo de salida sería una negociación política, algo a lo que yo le apuesto ahora, pero no descarto una salida violenta, incluso con linchamientos porque hay mucha ira y rabia en el pueblo venezolano tras haber sido humillado, mancillado y herido durante lustros por este régimen infernal. No descarto esa violencia contra las principales figuras del régimen y una salida al estilo de las que se han dado en muchos de los países que vivieron la Primavera Arabe, en que vimos la salida violenta de los dictadores de Egipto, Túnez y Libia tras el hartazgo de sus pueblos hacia la forma despótica en que eran gobernados. No descarto una salida de ese tipo en Venezuela e incluso algunos episodios de violencia tras décadas de tener postrado a un pueblo de rodillas.