China fue el país donde brotó el Coronavirus, alcanzando un nivel de contagio de 81.129 personas, de las cuales murieron 3.241, después de adoptar medidas tardías, se han recuperado 67.961, quedando activos sólo 9.898 en constante seguimiento y cada día reduce más su índice de mortalidad gracias a los seguimientos que se vienen haciendo, no solo a sus habitantes sino en los aeropuertos a los que llegan de afuera.
Cuando el nivel de contagio en la China llegó a su nivel más alto, países que tenían el mayor intercambio aéreo con este país, tampoco tomaron con seriedad la capacidad de propagación del COVID19 y debido a sus controles tardíos la propagación y el índice de mortalidad ha sido mucho mayor que en la China. Italia ha presentado 35.713 diagnosticados, con una mortalidad de 2.978, Irán con 17.361 y 1.135, España con 14.769 y 638, Francia 9.134 y 264 decesos, Reino Unido con 2.626 y 104. Y es que según la inmunobiologa japonesa Akiko Iwasaki, el COVID19 es 30 veces más mortal que la gripa y dos veces más contagioso, a pesar de que su incidencia mortal es menor que los virus anteriores, el SARS con el 11% y el MERS con el 34.4%, el COVID19 presenta el 3.4%.
Una muestra de lo que debe hacer un país lo dio Corea del Sur, que a pesar de estar a sólo 1000 kms de Wuhan, donde se dio el brote del Coronavirus y debido a la experiencia que vivió anteriormente con el MERS y de haber tenido un alto grado de contagio 8.413, solo ha tenido 84 muertes que representa un índice de mortalidad del 0.8% frente a Italia 6.7%, Irán 4.3% y la China 3.9%. Se dice que esas muertes se dieron en Daegu, una ciudad en la que predomina una secta cristiana que favorece el contagio masivo, que alienta la asistencia a misa de sus feligreses aunque estén enfermos y que inicialmente se negaron a colaborar con las medidas del gobierno.
La estrategia del gobierno de Corea del Sur, se basó en la identificación rápida de los infectados, que se hace con el ensayo RT-PCR para detectarlo y la comunicación establecida con sus habitantes para que denunciaran a conciencia cuando tuvieran los síntomas para su aislamiento, con el fin de que restringieran sus actividades y siguieran las recomendaciones oficiales despertadas en el mínimo de confianza que los ciudadanos deben tener en las autoridades. En ningún momento tuvo que acudir a bloqueos de ningún tipo en sus ciudades como lo hizo China. Y es que estos virus afectan principalmente a los adultos mayores y a las personas que padecen enfermedades como la hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes y casi no afecta a los menores de edad cuyo índice de mortalidad es apenas del 0.2% y que el 80% de los afectados se recupera sin necesidad de tratamiento. Claro que Corea del Sur cuenta con uno de los mejores sistemas de salud, ya que sus clínicas están dotadas con todos los aparatos necesarios para tratar las enfermedades respiratorias.
Los países latinoamericanos han vivido la misma inoperancia que ha vivido Italia y España. Teniendo la posibilidad de haber actuado con mayor prontitud al conocer los efectos que producía el virus en Asia y Europa, los gobernantes se dedicaron a indicarle a la comunidad los aspectos básicos que debían tener para la limpieza y el aseo como si ya estuviera el virus instalado en estos países y se olvidaron de ejercer un control riguroso en los aeropuertos, que fue por donde entró el COVID19.
En Colombia, nuestro presidente siempre se ha caracterizado por adoptar medidas tardías y muchas veces permitiendo que otros las adopten por él. Mientras el gobierno hizo alarde de traer a unos colombianos que estarían mejor atendidos en la república China, en avión fletado exclusivamente para ellos, concentrándolos en el centro de alto rendimiento para su aislamiento, el Coronavirus se le entró por el aeropuerto El Dorado y a través de él se filtró a las demás regiones del país y esta falta de control y de autoridad para detectar los infectados que entraban por el aeropuerto, tiene el país al borde de un colapso debido a las decisiones que toman diferentes autoridades para salvaguardar aparentemente la vida de sus ciudadanos, decretando toques de queda a diestra y siniestra y al gobierno cerrando las fronteras, propiciando la entrada por trochas de difícil control y a los medios de comunicación generando el estrés en la población.
El Coronavirus ya está adentro y tenemos que aprender a convivir con el hasta que algún país como Canadá, Israel, Australia o hasta la misma China que están más avanzados en el tratamiento de este tipo de virus logren la vacuna y luego hacer cola para que nos suministren las dosis necesarias que según las proyecciones nos llegarían hasta el 2021. Por eso el gobierno tiene que ser inteligente y no tomar a la carrera, medidas que van a perjudicar a la mayoría de los colombianos, coordinar con alcaldes y gobernadores las medidas para que sean ejecutadas a nivel nacional, no de manera independiente y sin sentido. Medidas como suspender las clases en los colegios y universidades, cerrar toda actividad comercial e institucional, cerrar aeropuertos y fronteras, decretar el toque de queda en las ciudades, sirvieron tal vez, cuando se detectó el primer virus que fue la gripa, que arrasó con 24 millones de habitantes, hoy no, la ciencia está mejor preparada para encontrar la vacuna, se cuenta con medicinas paliativas y con hospitales dotados para estos males y con una ciudadanía más culta que sabe cuidarse y a la que el Estado le debe llegar para generar la suficiente confianza para que el ciudadano le diga: si estoy enfermo, tengo los síntomas y que esté dispuesto a seguir sus recomendaciones para beneficio de los demás, con la rigurosidad determinada por el gobierno.
Colombia no es un país como lo es Europa y Asia, de gente adulta, que viven solos, donde su atención colapsaría los centros de salud, los colombianos en su mayoría gente joven, en caso de contagio, solo necesitan estar aislados en sus viviendas para recuperarse, aún los adultos se recuperarían más fácilmente en sus casas gracias al cuidado familiar, cosa que poco se ve en Europa o EUA, los hospitales solo tendrían que ocuparse de los casos graves asociados a otras enfermedades. Ya no se puede evitar la entrada del COVID19 al país, pero si ejercer un control riguroso para ubicar los contagios dentro del país y sobre la gente que entra a través de aeropuertos y fronteras, tener su ubicación y hacerle seguimiento para que cumplan con la cuarentena hasta su mejoría, una pandemia significa que el virus se ha extendido a muchos países y que le puede dar a cualquier persona, pero no significa que se vaya a morir. De 214.000 infectados a nivel global solo han muerto 8.000 y la mayoría asociados a otras enfermedades, se han recuperado 82.000.
El gobierno del Presidente Duque debe tomar las riendas para el manejo de esta situación, basado en la experiencia de los países que están superando la acción del COVID19, dotar los aeropuertos con los laboratorios necesarios para detectar los contagios y que se actúe de manera rigurosa para determinar quién entra, haciendo control de su ubicación y el cumplimiento de la cuarentena hasta que se recupere. Fortalecer la entrada humanitaria de la frontera para hacer el seguimiento de todos los que la cruzan, evitando que utilicen trochas por las que no se puede ejercer ningún tipo de control y pedirle al ciudadano que actúe a conciencia llamando al 123 cuando sienta que tiene los síntomas permitiendo el control estatal para bien suyo y de los demás. Eso es lo que los colombianos esperamos de un gobierno que le impone restricciones a sus ciudadanos, restricciones que estamos dispuestos a cumplir, pero que espera que así también, cumpla con su labor de evitar al máximo, la propagación de un virus, que nos tiene a la deriva y cuya virtud es precisamente el contagio.