El conjunto de fuerzas políticas que hoy funge como oposición en Colombia, que hasta agosto de 2022 ejerció el gobierno por décadas, tiene dos características notables: la criminalidad y el cinismo. Al tiempo que han realizado cuanta práctica criminal han considerado necesaria, desde el asesinato individual hasta el genocidio, pasando por el despojo de tierras, el desplazamiento, la tortura, las chuzadas y el montaje judicial, revindican para ellos una pulcritud y honorabilidad que solo existe en sus mentes.
Que la clase política de Colombia ha sido y es criminal, es cosa que no requiere mucha demostración; todos los colombianos han visto cómo desde el más insignificante concejal hasta el más encumbrado presidente se ha enriquecido mediante la corrupción y el delito. De cuando en cuando alguno va a la cárcel para que Colombia no se olvide de ello: el embajador Arana por homicidio, la exdirectora del DAS y otros funcionario de la presidencia de Uribe por las chuzadas, Uribito por peculado, y varios funcionarios del gobierno Santos por Odebrecht.
A lo anterior lo acompaña el cinismo más descarado: la clase política, y sus propagandistas, que ha vivido y convivido con el delito, habla como si fuesen seres impolutos. Así, la oposición uribista, que cuando fue gobierno montó una gigantesca empresa criminal para espiar a magistrados, periodistas y opositores, a los que consideraba enemigos de su gobierno, hoy se rasga las vestiduras y protesta contra una supuesta chuzada a la niñera de la secretaria de Palacio. Han regresado las chuzadas, gritan.
De igual manera, esa misma oposición ha hecho uso politiquero por el empleo desafortunado que la senadora Clara López hizo de la palabra “sirvienta”, para referirse a la niñera de la ya mencionada secretaria de Palacio. Esos políticos clasistas, que siempre han despreciado a sus empleadas domesticas, que las explotan durante 16 horas diarias, que se niegan a que la ley proteja sus derechos laborales, que las consideran de inferior categoría, hoy hacen alharaca porque alguien cercano al gobierno dijo “sirvienta”.
Esos que rechazan el clasismo cuando les resulta rentable politiqueramente, son los mismos que desde hace rato sostienen una campaña clasista y racista en contra de la vicepresidente de la Republica Francia Márquez, cuya presencia en el gobierno no soportan por su doble condición de negra y de haber trabajado en el servicio doméstico, la sirvienta, le dicen sin inmutarse.
Lo anterior, la condición cínica de la oposición de derechas, puede ilustrarse con ejemplos que se observan a diario. El más reciente sucedió en una conversación sostenida en un espacio de Twitter el pasado sábado 3 de junio entre algunos connotados twitteros uribistas. En ella participan Ani Abello, frustrada excandidata del centro Democrático al senado; David Ghitis, periodista de extrema derecha; y Retador, un aspirante a caricaturista que quiere darse a conocer imitando las caricaturas del muy reconocido Matador. La conversación es la siguiente: https://twitter.com/emiliolagos1/status/1665814994691260418
“-Retador: me ha llegado alguna información de que a Francia Márquez tambien la estaban chuzando durante su viaje al África.
-Ani: ay Retador, ay Retador, no puede ser.
-Ghitis: el novio.
-Retador: que la chuzaron en el avión, que la chuzaron en Kenia,
-Ani: Gravísimo, gravísimo.”
Y, entre risas, continua la conversación, ante cientos de oyentes, de los connotados opositores de derecha, que de burlarse de semejante vulgaridad frente a una mujer y vicepresidente de la República, tranquilamente cambian de tema y pasan a dialogar sobre el dólar. (El espacio completo puede escucharse aquí: https://twitter.com/ANIABELLO_R/status/1664993262057271296?t=oINduyMpSADLVTrIP0CgVQ&s=08 )
La conversación se da entre dos exponentes de lo más bajo, vulgar y ruin que puede haber en el género masculino, Retador y Ghitis, que consideran que pueden burlarse con “chistes” machistas y de connotación sexual en relación con una mujer a la que desprecian por ser su adversaria política, y por provenir de una clase social y con un color de piel que desprecian. Hombres vulgares de derecha siendo hombres vulgares de derecha.
Pero más aberrante aún resulta el silencio cómplice, acompañado de risa y burla de parte de Ani, quien actuaba como administradora, dueña del espacio. ¿Cómo es posible que una abogada, excandidata al senado, y con cierto nivel de influencia en las redes no les haya exigido a sus contertulios respeto por la condición de mujer de Francia Márquez? Le pudo más el sesgo político, racial y clasista. En su mente, la gente de bien puede pisotear a los nadie.
Curiosamente, Ani y David, durante el espacio se refirieron reiteradamente a la falta de protocolo y vulgaridad de Benedetti en su conducta. La muy correcta Ani se olvidó de la defensa de las buenas maneras y la decencia cuando escuchó a sus contertulios haciendo chistes vulgares sobre Francia Márquez. En la oposición de derechas es practica recurrente que la defensa de lo correcto y lo legal deja de tener valor cuando se trata de sus partidarios, estos tienen licencia para hacer lo que critican en sus adversarios políticos.
Ani Abello es, además una ferviente defensora del clan Char de Barranquilla, ese que tiene a varios de sus miembros tras las rejas, o procesados por delitos como corrupción y paramilitarismo. Impolutos. El mismo clan que es señalado por Aida Merlano de haber planeado su fuga y de haber pagado por su violación y asesinato. Cabe preguntarse qué haría Aní si observa al clan violando a Merlano, ¿sale en su defensa, pide auxilio, o exclamaría, como hizo en el espacio: “ay Retador, ay Retador, no puede ser.”
Así pues, con sus propias palabras, Ani, Ghitis y Retador ilustran de la mejor manera a la oposición política de derecha en Colombia, esa que es clasista, machista y racista, y a la vez cínica, que denuncia tales conductas cuando les representa réditos politiqueros, pero que las practica sin ningún reato cuando se refiere a sus adversarios políticos, en este caso la vicepresidente Francia Márquez.
