Las elecciones de 2022 representan una movida fundamental en la política colombiana, algunos analistas aseguran que el año electoral que se avecina puede representar un punto de quiebre en la política colombiana por varias razones. Por una parte, el Acuerdo de Paz con las FARC, que en su espíritu se mantiene en la concepción de paz de muchas personas, aunque el gobierno haya querido hacerlo “trizas” y por otra parte el cansancio popular de una clase política que ha querido controlar el Estado en todas sus formas. Reflejo de ello es el Paro Nacional y sus exigencias.
Sin embargo, la actitud de los partidos políticos tradicionales, ha estado orientada por el mantenimiento de lo que Gaitán y Luis Carlos Galán, llamaron el país político sobre el país nacional. Aunque los dos liberales lo nombraban de manera diferente en su pensamiento y sus propuestas se puede observar ese fundamento de manera clara y concreta.
Lastimosamente, estas ideas, supuestamente recogidas en el Partido Liberal han caído en campos poco fértiles o desiertos. El Partido Liberal, asumido por Gaviria se ha caracterizado por sus alianzas con los partidos de gobierno. Cesar Gaviria se ha aliado con el uribismo en varias ocasiones para mantenerse en el país político y evitar que sus posibilidades se reduzcan, posibilidades de ocupar cargos, de cuotas y de clientelismo.
Ese liberalismo económico promulgado por Gaviria es todo lo contrario del liberalismo de Gaitán y Galán del cual osan sostener sus banderas. Lo mismo pasa con el “Nuevo Gaviria”, Alejandro que tendría el apoyo de Cesar. Ninguna de estas propuestas expresa o asume el verdadero sentido del Partido Liberal. Ni siquiera el Nuevo Liberalismo, recién recuperado por los hijos de Galán pues han pertenecido a ese país político y han logrado, con el apellido de su padre, sostenerse ahí adentro, en lo que Gaitán llama la Oligarquía.
Por el contrario, Gustavo Petro, ha asumido las banderas del verdadero liberalismo de Gaitán y de Galán en el sentido de que tiene prelación el país nacional, al que le interesa el progreso del pueblo y no de una clase “atornillada en el poder” como él mismo la llama. Esto expresado fielmente en lo que conocemos como el Pacto Histórico.
Para Petro, no importa quién ocupe el cargo, es decir se reduce el clientelismo, y lo reemplaza por el interés nacional que tendría que orientar el nombramiento en los cargos. A diferencia del gobierno Duque y casi todos los gobiernos anteriores que han nombrado ministros de acuerdo a la mermelada y a las cuotas de los partidos políticos o a quien es o no es, amigo de Uribe o de Duque, que en últimas son lo mismo.
Por estas y muchas otras razones podríamos decir que Petro es quien mejor representa los intereses del liberalismo, pero sin el partido, que abandonó sus ideas fuerza o ideas fundantes para hacerse parte del país político por encima del país nacional.
No en vano Alejandro Gaviria divide al Partido Liberal por cuenta de la imposición que se pretende de su candidatura y con fuertes críticas a Cesar Gaviria, y Poder Ciudadano, de Piedad Córdoba, una representante del Liberalismo se une a Piedad Córdoba.
