En la teoría económica se menciona que “el consumidor es irracional” y está visto que las “necesidades” son sujetas a percepciones vagas o incluso influenciadas.
Pretender pensar que el día sin IVA es un modelo de reactivación económica en tiempos de COVID-19 es la cosa más absurda posible.
En su mayoría, los grandes beneficiados fueron las grandes superficies, quienes, como en el caso de Falabella (propiedad de chilenos) o en el del Éxito (tiene como accionista mayoritario al grupo francés Casino), no son nacionales.
Ahora bien, estas grandes superficies adquieren sus artículos de tecnología y electrodomésticos directamente con las fábricas (ubicadas en su gran mayoría en Japón, Corea y China), razón por la cual estamos reactivando economías extranjeras antes que la de Polombia, ayudando así a poner más utilidad en grandes empresas antes que en pequeñas y medianas.
Sin duda, podemos decir que el día sin IVA en este momento no es más que otro puñal en la espalda al pequeño comerciante, pues cuando haya una “normalidad” las “necesidades” ya habrán sido suplidas por los grandes.
No conforme con eso, el nivel de endeudamiento aumenta en paralelo con el desempleo, haciendo que de manera muy probable se incrementen los embargos bancarios, perdiendo así el producto adquirido y conservando la deuda, pues el producto a embargar no cubrirá dichos valores.
De verdad, pensar que reactivar la economía de esta forma era lo correcto no es nada más que otra demagogia política enfocada en enredar a los más ignorantes de una sociedad inculta.
Las grandes superficies son las que han aprovechado esta época, pues cuentan con plataformas para continuar sus ventas, manejan los mercados, víveres y todo lo de consumo, mientras que los comerciantes pequeños y medianos, al no contar con las herramientas virtuales, no tuvieron la forma de llegar a ese público, por lo que en muchos casos tuvieron que cerrar sus comercios... y ni hablar de la informalidad, la cual no contaba con ningún músculo financiero para implementar protocolos y continuar.
En fin, un Covid-Friday promovido por el gobierno nos dará como resultado un estancamiento económico aún mayor y de gran magnitud, que aún no sentimos y qué no sabemos cuánto durará.