Sinceramente es muy difícil entender a Colombia. En esta semana se concretó lo que no estaba claro, la iniciación de conversaciones con el ELN, y en vez de generarse un sentimiento de esperanza, lo que recogen los medios y la opinión es que lejos de abrirse una luz de optimismo sobre la posibilidad de salir del conflicto, es que las cosas serán más complicadas que antes. Y este sentimiento no es gratuito porque los mismos guerrilleros del ELN se han encargado con sus declaraciones de matarle la esperanza a muchos. En qué mundo habrán vivido esto señores para salir con semejantes declaraciones tan insensatas como su interpretación de cómo se liberan los secuestrados asimilándolos a presos: "Deben pagar una fianza", y además desconociendo que capturar a muchos colombianos ha sido una de sus acciones que han recrudecido últimamente. Con algún grado de razón, la mayoría de las columnas de opinión han sido bastante negativas sobre esta nueva etapa del proceso de paz.
Cualquier observador informado que mire la situación de Colombia de lejos solo puede quedar desconcertado. Para muchos analistas algo que le faltaba al proceso de la Habana era precisamente que aun si se llegaba a una firma con las Farc, quedaba pendiente nada menos que el otro grupo guerrillero que estaba causando ahora tanto o más daño que antes. Para estos analistas no puede ser fácil de comprender que este anuncio de inicio de conversaciones con el ELN en vez de tenerse como algo necesario este lleno de dudas.
Sí, muchos columnistas tienen razón en censuran a los líderes del ELN, pero valdría la pena por lo menos plantear si muchos de los comentarios negativos antes de que empiecen las conversaciones no hacen más daño que bien. Por ejemplo, ¿de entrada descalificar a los negociadores del gobierno con este grupo guerrillero y cuestionar la forma como se negoció es realmente lo más pertinente? Probablemente el hecho que este proceso empezara en Venezuela le cae muy mal a muchos porque nadie ignora que el ELN se encuentra más cómodo en el vecino país que en el nuestro; además es cierto que lo ha utilizado de refugio cuando necesita salir de las selvas colombianas. Tampoco es hora de descalificar el hecho de que las negociaciones se estén planteando en varios países. Están matando la negociación con el ELN antes de que realmente empiece.
La sugerencia es abrir por lo menos un pequeño compás de espera,
antes de seguir insistiendo más en los problemas
que en las ventajas de un acuerdo con el ELN
Sin negar que quienes conocen muy bien a los miembros del ELN insisten en las dificultades que se encontrarán en este proceso que se ve más complejo que con las FARC, la sugerencia es abrir por lo menos un pequeño compás de espera, antes de seguir insistiendo más en los problemas que en las posibles ventajas de un acuerdo con este grupo guerrillero. Dejar que los negociadores colombianos que se la han jugado por llegar a este punto cuenten con un mínimo respaldo de la ciudadanía para que puedan avanzar, con mayor tranquilidad, en algo tan difícil como se prevé que será este proceso.
Un país que puede atribuirle tantos males a una carencia de una paz verdadera y estable, no puede seguir matando esa esperanza de muchos, especialmente de aquellos que han vivido los costos del conflicto. Si un mínimo respaldo no se le da a esta nueva fase, lo único que podría decirse es que a este país, no lo entiende nadie. Y quienes afirmen eso tendrían mucho de razón, desafortunadamente.
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