Los hechos ocurridos en Colombia desde el inicio del paro nacional el #28A en torno a los abusos y crímenes cometidos por la fuerza pública vienen a unirse a los ya expuestos y documentados en el año 2019, conocido como #25N y que ya tienen un eco audible en el mundo y especialmente en la CPI. Y más, si le sumamos los casos de los 6402 llamados “falsos positivos” denunciados en su cifra real recientemente por la JEP.
La información al respecto de este tema abunda en redes sociales que han sido los medios por los cuales la ciudadanía ha podido documentar los hechos en tiempo real, logrando pruebas contundentes que implican estos abusos.
Pero la pregunta para muchos puede ser: ¿por qué el presidente es señalado responsable y los altos mandos de ejército y policía, cuando ellos no han ordenado directamente tales hechos denunciados como tampoco han estado al frente de los disparos y abusos evidentes en filmaciones?
Veamos entonces las palabras del exjuez Baltázar Garzón de España dirigidas a Duque en su misiva que título Piedras contra fusiles: en la misiva al presidente, que no fue ciertamente una carta formal sino más bien una advertencia, le hace claro que él será el responsable ante la CPI si no detiene y pone correctivos a la matanza en las calles y los abusos contra el DD. HH.
Responsabilidad política les asiste a quienes tienen a su cargo decisiones y mando. Luego, recae en los actores de tales hechos y esta responsabilidad política si no es por acción, es también por omisión.
Es por esto que ya han sido levantadas varias voces en el país para que el presidente Duque no desoiga, puesto que siendo muy joven pasaría a la historia con un oprobio de la altura de los grandes genocidas de su pueblo. Y repito, si no por acción y órdenes directas como en el caso de Videla (Argentina) o Chile con Pinochet, sí por omisión: por haber sido débil de carácter para tomar decisiones prontas siendo comandante de las fuerzas militares y de policía.
Pero podríamos decir que un gran número de los videos que pululan en las redes son viejos, no falsos; es decir, de otras épocas y que quieren hacerlos pasar por recientes. Pues bien, sean antiguos o recientes o del día, son un testimonio de que los abusos han sido sistemáticos.
Sin embargo, la gran mayoría son auténticos tal y como los presentados en el en vivo tomado con el teléfono del representante a la Cámara Inti Asprilla y la senadora María José Pizarro en la ciudad de Buga el día de ayer 13 de mayo de 2021. Allí hacían presencia y acompañamiento para ayudar a bajar las tensiones en esta ciudad y hacer verificaciones sobre presuntas violaciones de DD. HH., cuando fueron víctimas del abuso del Esmas y atacados indiscriminadamente.
Lo anterior aún siendo senadores. Nada disuadió a la policía y al ejército que estaba en el lugar de los hechos. Incluso, había un coronel presente.
Duque en la mira de la CPI
Este video y la experiencia vivida por los dos senadores es una prueba fehaciente que de seguro tendrá repercusiones, pues la voz de estos dos senadores y otros dos que los acompañaban, más la prueba fílmica, dan cuenta de hechos reales, irrefutables y contundentes.
Ya comenzaron a rodar cabezas de policías señalados de responsables, y estemos seguros de que es apenas el comienzo de un buen número de ellos que terminarán separados de la institución y presos, porque de seguro esto no se les comunica antes de salir a los enfrentamientos y aclaro un punto importante:
Algunos, no todos, pero es la institución finalmente la señalada. Nadie que tenga un poco de sentido común puede expresar que la policía debe dejarse matar en las calles. No. Lo que expresamos con fuerza está sobre la evidencia de las provocaciones y abusos en la ciudadanía que protesta pacíficamente, haciendo uso de su derecho constitucional.
La policía y el ejército de Colombia son pueblo y raza del mismo pueblo, que deben ser aliados del pueblo, que es quien los legitima para el uso de la autoridad en favor del pueblo y no para su abuso contra el pueblo.
A Duque lo juzgará la historia, juicio este para la posteridad y el oprobio público, pues no pocas voces le advirtieron que no dejara pasar el país del punto de no retorno.