Desde que en la prehistoria se vio el uso tan beneficioso que poseía la llanta para la humanidad, esta se fue patentando progresivamente, tanto así, que pasó de ser de roca caliza a caucho. Después de que la materia prima pasa por los procesos de: preparación de sus aros, tubulación y pliegue, construcción de su estructura física, vulcanización y proceso de calidad, llega en cantidades exorbitantes a los diferentes puertos comerciales que tiene Colombia, de allí el producto final pasa a surtir los diferentes puntos donde se comercializa, tal como la remontadora que maneja Don Alejandro en compañía de sus hijos. Él recibe llantas de diferentes marcas, para “satisfacer al cliente al momento de solicitar una llanta o un servicio” nombres como Michelin, Yokohama, Goodyear y Pirelli son los que más resuenan, no solamente en el asfalto bogotano, sino en la mayoría de Colombia, afirma también Don Alejandro. En promedio, atiende de 3 a 10 carros por día, ya que la competencia así lo define, en cuestiones mecánicas y técnicas. Entre los mayores problemas que presentan los motorizados que él atiende, implican una renovación o mantenimiento de los rodantes.
“A la mayoría de las personas les gusta o les es mejor económicamente hacerle una reparación a la llanta antes que comprar una, pero tarde o temprano saben que tendrán que hacerlo”. Una llanta para automóvil cuesta entre 77.500 $ a 330.000 $ dependiendo de la calidad del producto y marca del mismo. Esbozando, una llanta Nexen –marca económica- cuesta 77.500 la unidad (287.876 $ las cuatro unidades) mientras que una llanta Pirelli –marca costosa- cuesta 330.800 $ la unidad (1’359.000 $ las cuatro unidades). Después de ser instalada la nueva llanta, se recibe el dinero y esta empieza a rodar por las calles de Bogotá, comenzando su recorrido y una nueva historia, alejándose del taller y llegando a parajes que únicamente conoce aquel que tiene las manos en el timón.
El kilometraje que soporta una llanta depende de varios factores como la calidad de sus materiales, los terrenos por lo que andará y el cuidado que le tenga su propietario. Teniendo en cuenta el “buen estado” de las vías de Bogotá, el buen manejo de las incidencias del clima sobre la infraestructura vial y según el conocimiento ancestral motorizado de Don Alejandro, una llanta marca Michelin “aguanta” de 60.000 km a máximo 80.000 km aproximadamente, kilometraje que da para recorrer una buena parte del territorio colombiano.
“Ya posteriormente de que la llanta se daña se tiene que cambiar por una nueva”, esto es algo que sufren varios de los neumáticos a diario. Según cifras obtenidas de empresas como Acolfa (Asociación Colombiana de Fabricantes de Autoparte) y Fenalco (Federación Nacional de Comerciantes) en Bogotá hay aproximadamente 677.150 automotores. En su mayoría el 63% (426.605 unidades) de los motorizados que recorren la capital colombiana son automóviles, el otro 47% se reparte entre Camperos 15% (101.573 unidades), Pick Up 16% (108.344 unidades) y los comerciales un 6% (40.629 unidades). El promedio que se tiene es que por cada 17 personas hay un auto en la ciudad de Bogotá. Aterrizado las cifras a cantidades de llantas producidas, según el Parque Automotor de Bogotá al año se produce una cantidad de llantas, para todo tipo de vehículos, de 2.059.555; las llantas que actualmente se encuentran en uso sumando a los motorizados de dos llantas es de 3.987.000. Toda esta cantidad de llantas rota progresivamente por todo el suelo bogotano, al año en Bogotá el número de llantas usadas es de 2.500.000 de las cuales 750.000 llantas terminan en las calles.
Ahora ¿Qué pasa con esta cantidad de llantas usadas que no se encuentran cumpliendo ninguna función? En algunos casos como en el Don Alejandro se conservan las llantas que mediante una reparación pasan nuevamente a ser comercializadas para recorrer nuevamente las calles, obviamente por un precio más económico, sin embargo no todas las llantas corren esta misma suerte, algunas corren el destino de ya no cumplir ninguna función, contemplado así por los dueños de los talleres. Algunos de ellos se ven obligados a dos cosas: La primera arrojar los neumáticos en desuso a la calle, debido a que en su taller no hay suficiente lugar para almacenarlos todos, o, la segunda, pagar de 15.000 $ a 200.000 $ para que el camión de la basura, sea de la empresa que sea, se los lleve seguramente al tiradero más cercano, y allí es donde finaliza su recorrido, su último viaje.
La cantidad de llantas que terminan en el espacio público es alarmante, 750.000 no es un número pequeño y las consecuencias que trae el arrojar los neumáticos en la calle son de salubridad pública y de contaminación ambiental, en cuestiones de salud púbica, el esparcimiento que tienen estos objetos en los diferentes lugares de la ciudad genera la reproducción de plagas y enfermedades vectoriales, como las ocasionadas por los mosquitos o las ratas. El caucho del neumático al ser un material de no Biodegradación ni de fácil descomposición, además de estar acompañado de múltiples químicos, es una amenaza potencial para el medio ambiente. Contemplado el gran daño ambiental que puede ocasionar estos objetos, la Secretaria de Ambiente en articulación con la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia) y las diferentes empresas que intervienen en la producción, distribución y mantenimiento de los neumáticos decidió lanzar el 4 de junio un programa titulado “Llantas usadas en el lugar indicado” este cumpliendo con la consolidación de 92 puntos de recolección de neumáticos usados además de generar sensibilización respecto a las consecuencias traídas por el manejo irresponsable de los neumáticos usados y la divulgación informativa de los puntos de recolección.
Este proyecto tiene antecedentes como la ley 1333 de 2009 y la resolución 1457 de 2010 que buscan que se le dé un manejo responsable a estos objetos. Contemplado en el programa, después de que el neumático en desuso llegue a alguno de los 92 puntos de recolección pasan a ser cobijados por otro programa que busca la reutilización de estos elementos. Según el Resumen Ejecutivo – Diagnostico ambiental sobre el manejo actual de llantas y neumáticos y generados por el parque automotor de Santa Fe de Bogotá documentos creado por la articulación de la PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) en Colombia, Departamento Técnico Administrativo de Medio Ambiente de la Alcaldía de Bogotá y la OCADE (Organización de Control Ambiental y Desarrollo Empresarial) las llantas recaudadas serían utilizadas para la reutilización menos contaminante siendo esta la utilización de caucho de llantas pulverizado como producto para la industria del caucho y obras civiles. Este escenario parece perfecto, todo el recorrido de la llanta parecería no impactar negativamente a la sociedad que desde su inicio hasta su fin lo manipuló.
Sin embargo las fracturas que presenta el programa “Llantas en el lugar indicado” se ve reflejado en el despliegue de neumáticos en desuso en toda la ciudad, la invasión por parte de las llantas en diferentes puntos de la ciudad, los más críticos ubicados en los sectores de la Avenida Rojas con Calle 72, el 7 de Agosto y la Carrera 24 con Calle 9. La abundancia de neumáticos en la calle causo una serie de inconformismos por ocasionar problemas de salud pública generando denuncias públicas, estas denuncias revelaron el no funcionamiento adecuado del programa. Diego García concejal del partido Alianza Verde aseguró que en una muestra correspondiente al 10 % de los lugares destinados para este fin, se constató que solo uno de doce sitios recibe las llantas sin condición alguna, para su posterior aprovechamiento y “Más de la mitad no conoce del programa ni lo ha escuchado y los restantes, aun cuando han sido informados, no tienen suficiente capacidad para recibir las llantas deterioradas”.
Todo esto culmina en que las llantas después de ser manipuladas, llevadas y traídas, usadas y desechadas, terminan en la calle generando contaminación y problemas de salud, delatando el desorden en la ciudad y una evidente despreocupación por parte de las entidades gubernamentales hacia el medio ambiente. He aquí la historia de una llanta en Bogotá.
Artículo: Cantidad de autos en Bogotá
Programa “Llantas en el lugar indicado”