Se cumple un lustro del estreno en salas de todo el mundo de una película que generó controversia y admiración a partes iguales. Se trata de Llámame por tu nombre (Call me by your name, nombre original en inglés) que fue estrenada en enero de 2017, y fue reconocida por el Consejo Nacional de Crítica de Cine de Estados Unidos y por el American Film Institute como una de las mejores diez películas de ese año.
Dirigida por el director italiano Luca Guadagnino, la película fue galardonada con el Oscar de la Academia en la categoría de Mejor Guion Adaptado. Además de su banda sonora, la fotografía y la historia (aclamadas por su profundidad y belleza en un entorno italiano), fue la oportunidad de ver por vez primera en un papel de Hollywood al ya reconocido Timothée Chalamet.
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En un verano italiano de los años ochenta, una familia judía recibe a un estudiante como asistente de intercambio. Maestros e historiadores, los padres (Michael Stuhlbarg y Amira Casar) se mostraban extrovertidos y de un carácter acogedor, amigable y comprensivo criando a su hijo Elio (Timothée Chalamet); un joven carismático, inteligente y en mitad de un recorrido de descubrimiento y ensoñación propios de la adolescencia.
En un ambiente de calor, estupor y vacaciones de adolescentes, se desarrolla esta historia que es el inagotable descubrimiento de un adolescente sobre sus gustos, sus sentires, sensaciones y emociones, que al fin forjarán su carácter y personalidad.
Pantalones cortos, cuerpos, piel y vino son la combinación que rodea la historia de confusión y deseo que viven los personajes, enmarcando las situaciones por las que muchos hemos pasado y que desde temprana edad se van asomando para confrontarnos.
En el transcurso de los días, Elio se da cuenta que Oliver (Armie Hammer), el estudiante de intercambio que invitan su padres, le despierta sensaciones que no reconoce y que solo creía, podría despertar una mujer.
Su amiga, Marzia (Esther Garrel), le deja ver la atracción que siente por él (Elio) y entre la inocencia y la timidez se dejan llevar entre juegos para disfrutar de sus emociones.
Oliver y Elio viven una intensa relación que cuestiona el deber ser de una época de gran represión y juzgamientos por quienes viven y aman “diferente”.
Los padres de Elio son un factor de importancia, en la medida en que advierten sobre esta especial amistad y anteponen la felicidad de su hijo, por encima de posibles remordimientos.
El hecho de generar esos ambientes de libertad y sobre todo de protección permiten que las personas, los adolescentes vivan y exploren sus propias sensaciones sin temores y con la seguridad de que aunque fallen, se equivoquen o sufran, siempre van a tener el mejor apoyo de todos: papá y mamá son los guías más importantes en ese tránsito y aunque no sean los más sabios, siempre serán el refugio, el reencuentro con el amor y la fortaleza.
Con Timothée Chalamet como actor principal de este filme, la historia despliega sensualidad, inocencia y una atmósfera relajante, a través de la cual entran en diálogo los temores, la timidez y sobre todo las ganas incontenibles de amar. Esa fuerza poderosa que la adolescencia resguarda y que nos permite reconocernos y apropiarnos de nosotros mismos.
Que sea esta la oportunidad para revisitar una de las grandes películas de los últimos años. Llámame por tu nombre.