A Carlos Muñoz no lo tiene en coma una hernia hiatal; lo tiene en coma la indiferencia y el olvido de un gremio que el fundó.
El famoso y carismático actor, con su histrionismo y sus inolvidables bigotes aparecieron primero en blanco y negro al lado de gigantes como Álvaro Ruiz, Camilo Medina, Frank Dávila, Franky Linero, Alicia del Carpio, María Eugenia Dávila, entre muchos más, y luego a todo color como el curita de "San Tropel", que luego le dio vida a las letras del Nobel Vargas Llosa en "La Tía Julia y el Escribidor", y después le imprimió su carácter santandereano a"La fuerza del Poder", es más recordado por mi, cuando los domingos en la noche de mi niñez me acurrucaba con mi familia frente al televisor para vernos, cara a cara en un "Yo y Tu". Esto lo consagró como el sobrino de "Alicita" y le entregó múltiples máscaras para que en el futuro interpretara con maestría cientos de personajes en esa farsa de disfraces que es la televisión.
Ganó, entre otros, 2 Nemquetebas, 3 Premios Simón Bolivar y 5 Indias Catalina, una de ellas como el premio a toda un vida, que fue como un mazazo de "oro" que le dieron sus "colegas" para no verlo más. Para que no jodiera más...
Pero a Carlos Muñoz lo tiene en coma el olvido; lo tiene en coma la indiferencia, la tristeza, la nostalgia. Hace más de dos años que no le ofrecen un papel a un actor que todavía tenía mucho que dar; como muchos otros grandes de la pantalla chica que hoy viven hacinados como pordioseros en la dizque "casa de actores". Una pensión de mala muerte donde se reúnen a mascullar sus olvidados recuerdos.
Lo tiene en coma un medio rosquero, egoísta, ególatra, traicionero, drogadicto, y prostituido, que hace al por mayor las telenovelas más jartas y bostezadoras de la televisión colombiana.
Un gremio de extraños, que no habían nacido cuando Carlos brillaba, y al cual no solo por su talento, su carisma y su trayectoria, le deben el máximo respeto, tan solo por que hacía en televisión magistrales interpretaciones en vivo y en directo.
Cuando no había "Toma 2".
Ojalá Carlos salga de ese coma, y aunque sea solo una vez, vuelva frente a las cámaras para enseñarles a esos, que aunque es "Caballo Viejo" "sigue siendo el Rey".
Alfonso Acosta Caparros
