Diez alos cumple la muerte más mediática que recuerde el país, la de Luis Andrés . Muchos tuvieron que pagar por esa noche de Haloween del 31 de octubre del 2010. Uno de ellos fue Carlos Cárdenas. El joven del agustiniano volvió a coincidir con una antigua compañera, Laura Moreno, en la Universidad de los Andes. Se enamoraron y, después de una pelea en septiembre del 2010, se distanciaron. Laura soportó el aguacero gracias a la ayuda de Luis Andrés Colmenares. Después vino un intento de reconciliación, la fiesta maldita y la muerte de Colmenares. Pero son muchas las mentiras que se dejaron escuchar sobre el joven.
Primero él nunca fue sobrino del exministro Mauricio Cárdenas como se afirmó durante tantto tiempo. Lo otro es que tampoco estuvo en el parque El Virrey esa noche fatal. Se comprobó, por las celdas de su blackberry, que él se encontraba muy lejos de la zona. Así que la teoría de que el le dio el botellazo a Colmenares es traída de los cabellos.
Cárdenas era un hijo ejemplar. No se tomaba un trago, siempre era el conductor elegido en su casa. Perteneciente a una familia clase media. Según su abogado, Mario Iguarán en una entrevista a Semana en el 2017 “Su vida se echó a perder. Carlos no es el joven de los apellidos que decían que tiene, que familiar del ministro, que de los Cárdenas. ¡No! Es una persona sin abolengos. Ni el joven de los recursos económicos que dicen que tiene. Para ser ilustrativos, Carlos es lo que llamamos “clase media”. Es el hijo que hace reír a todos en la casa, el que cargaba a su mamá, el que la consentía. Normalmente, casi siempre, el conductor elegido en las reuniones familiares y sociales”.
Carlos tuvo que dejar a la universidad ahora trabaja para ayudar a sostener a una familia que quedó en la ruina después del escándalo y debido a lo alto que resultó el pago de la defensa. Renunció a la vida social porque le resultaba imposible salir a la calle sin ser insultado. Hoy lo único que quiere es que la gente se olvide de él.