Encontramos esta reflexión en el Facebook de JuanDa Araque que revela la poca empatía con el suicidio:
Hoy en la mañana iba con audífonos (como siempre (sí, escuchando Chayanne jajaj)) y durante todo el trayecto no me había percatado de nada ni escuchado las alertas. Cuando al bajar a la plataforma en San Antonio me encontré con que estaban sacando a toda la gente y que ya estaba personal de bomberos y medicina legal (como se ve en la foto) trabajando, ya ahí entendí lo que había pasado.
Me quité los audífonos y escuchaba muchos comentarios de tipo "ay, no, otro bobo o boba que se le tiró al metro", "eh, pero a buena hora y día le da por matarse pues", etc.
Soy fácilmente impresionable y nunca había estado tan cerca de algo como esto, de una me dió un bajón saber que alguien había llegado hasta tal punto de tomar esa decisión y que estaba ahí no más a unos metros, no sé, se sentía como oscuro y sombrío.
Eso en contraste con los comentarios que escuché al respecto me dejaron con mucho qué pensar en las dos horas y media de más que me demoré en mi trayecto, que incluso se fueron rápido.
Una cosa es tener amor propio pero otra es carecer de empatía y desconocer por lo que pueden estar pasando las personas a nuestro al rededor. Ojalá nadie llegara a tal punto, ojalá todos los que se sienten o se han sentido como esa persona encuentren una luz, un punto de apoyo para estar mejor, para continuar.
Tenemos que ver las enfermedades mentales como algo en serio, algo demasiado real y que afecta a muchísimas personas, no como un chiste ni a la ligera.
Incluso si todos tuviéramos un poquito más de empatía y amor, quizás, sólo quizás, esta persona no habría tomado esta decisión y usted no se habría atrasado para llegar a su trabajo o lugar de estudio.
Resulta siendo más importante eso que "la cultura metro".
Bueno, muchas cosas para pensar, mejor no me extiendo más.