Señor Procurador, pastores cristianos, y todos esos señores que están preocupados por la ideología de género, tengan mucho cuidado con las palabras mire que en Colombia a uno lo pueden asesinar sólo por ser homosexual o al menos parecerlo. El domingo pasado un muchacho que se llamaba Brayan Garzón quien trabajaba haciendo mantenimiento a parques salió maquillado, después de estar en el baby shower de su hijo, a la tienda de la esquina de su casa. Siempre tenían esa tradición en su casa de maquillarse en las fiestas como penitencias a los juegos que hacían.
Pidió unas cervezas para seguir con el jolgorio cuando unos muchachos empezaron a burlarse de él por estar maquillado, Brayan saltó iracundo y detrás de él, sin mediar palabra una mujer lo acuchilló en 10 oportunidades. El pobre muchacho alcanzó a llegar con vida al CAMI de Emaús en donde murió.
En Colombia es más seguro para nosotros estar en el closet que salir de él. En los chistes de los clubes más prestigiosos, en la calle y, sobre todo, en el lenguaje de gente como Maria Fernanda Cabal, de Paloma Valencia, de Alejandro Ordoñez en los que pareciera que fuera pecado serlo, es que en Colombia es peligroso decir a los cuatro vientos que se es marica.
No nos llamemos a errores, si la gente salió a votar masivamente por el No fue por eso, porque les dijeron que Colombia se iba a convertir en un país homosexual y como quedó patentado en muchos de los que salieron a marchar contra la ideología de Género acá es mejor tener un hijo muerto que un hijo marica. Nos detestan más que a los comunistas. Si fuera posible nos aniquilarían sistemáticamente. No queremos pensar lo que sucedería si Ordoñez llega a quedar presidente. Lo más seguro es que a los gays no nos quedaría otra opción que huir de el país. El ex procurador haría lo posible para volver política de estado la homofobia.
Si mataron a Brayan que tenía hijos, mujer, si sólo una vez se maquilló la cara por una penitencia en un juego, que nos pasará a los que intentamos ejercer libremente nuestro homosexualismo, sin máscaras, sin tapujos, orgullosos de ser quienes somos