El martes 05 de agosto estaba programado, en la agenda de la Comisión Primera del Senado de la República, un debate acerca del doloroso tema de las sequías y todos los daños que está dejando a su paso el Fenómeno de El Niño en nuestro país.
Uno de los temas que, por estos días, nos mantiene espectantes a todos. Bueno, a todos no. Hay unos que prefieren estar jugando tetris. El problema es quién es la persona que elige el juego, por sobre el tema de actualidad nacional. Si lo hace Rosa, la señora que tiene un puesto de empanadas en el centro de la capital, la cosa no es tan grave; por el contrario, si un senador en pleno debate prefiere estar jugando, por supuesto, esto es una vergüenza para el país.
El video de Armando Benedetti, senador del partido de la U, jugando tetris en medio de la plenaria, rápidamente se convirtió en un virus en las redes sociales. Tan pronto él se enteró de que había sido "pillado" jugando en su tableta, sus estúpidas justificaciones a través de Twitter no se hicieron esperar. Desde ser un completo descarado y llegando a convertirse en víctima, el parlamentario intentó ponerle el pecho a la situación.
Obviamente, como pasa casi siempre, el país está indignado hasta más no poder. Tan indignado que estoy seguro que en el 2018 el costeño va a ser reelecto. Siempre pasa lo mismo en Colombia.
Volviendo al tema, la verdad no recuerdo haber visto una actitud tan descarada en un recinto donde el descaro está al orden del día. Su tweet más abusivo fue el que decía: "Estaba jugando tetris no Candy Crush. Hace 3 meses terminé todos los niveles." Pues, respetado senador, déjeme decirle que no lo dudo. Me imagino que lo hizo durante la legislatura pasada. Tal vez durante los debates de la polémica reforma a la justicia. Eso, por supuesto, lo sabe usted más que yo.
Después se llena de orgullo diciendo que intervinó, en el debate, 2 veces y que estuvo allí 8 horas. Entonces, la verdad, yo creo que todos los que lo juzgamos estamos siendo terriblemente injustos. Con dos intervenciones y 8 horas de presencia en el debate, según la ley de Benedetti, se puede hacer lo que quiera. Ojalá a Uribe no le de por llevar el caballo y, después de 9 horas y 3 apariciones, decida empezar a montarlo por todo el Capitolio Nacional en próximas oportunidades.
Esto no es nada más que otra prueba de que los temas de nuestro país a la gran mayoría de congresistas no les importan. Basta con ver las caras de esos personajes en una plenaria. Todo el día están esperando para irse. Son una vergüenza para los casi 50 millones de colombianos, aunque la vergüenza en realidad es toda la nación. Estos payasos no llegaron al congreso con las armas, ni mucho menos. Los Merlano, Gerlein, Benedetti, Uribe y demás han llegado al legislativo con votos. Con miles de votos de gente inconsciente. Con miles de votos de personas que, usualmente, no sabe cuál fue el desempeñó de su congresista durante su período en la corporación ubicada en el centro de la capital del país
Si estamos tan indignados, como lo indican por Twitter, exigamos la renuncia del congresista o, al menos, no sean tan brutos de volverlo a elegir. El es un empleado de todos nosotros. De usted, de sus hijos, de Rosa (la señora de los tintos) y mío. Debemos sacar del congreso a todas las ratas, apáticos e incapaces que día tras día nos están convirtiendo en un país peor donde, realmente, no quiero que crezcan mis hijos.
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#DESPIERTACOLOMBIA.