El 11 de agosto de 1813 Juan del Corral proclamó la independencia de Antioquia, hecho que marcó el rompimiento total de estas tierras con el imperio español.
Es por ello que en esta fecha se fijó el día clásico del departamento, donde se celebra la antioqueñidad, ese espíritu que logró plasmar Epifanio Mejía en su poema El canto antioqueño (1868), que fue escogido, casi cien años después, en 1962, como el himno oficial del departamento de Antioquia.
El valor de los símbolos en la cultura no es algo fortuito, ellos son los encargados de construirla, reformarla y enaltecerla. El valor simbólico convoca la memoria viva de los pueblos para reflexionar sobre el pasado y proyectarse al futuro.
Este himno, nuestro himno, en sus 23 estrofas refleja el tesón y la diversidad del territorio que nos cupo en suerte habitar, marcado por el relieve de sus montañas, la estrechez de sus valles, la furia de sus ríos y el espíritu libre de sus habitantes.
Hoy como ayer su coro, quizá la parte más conocida por todos, sigue resonando en las plazas públicas, instituciones y colegios recordándonos nuestras raíces e impulsando nos a la búsqueda de los más nobles ideales como sociedad.
"¡Oh libertad que perfumas las montañas de mi tierra deja que aspiren mis hijos tus olorosas esencias ¡Oh, libertad!".