En Estados Unidos acaban de acusar formalmente a 44 individuos del estado de Minnesota por el supuesto fraude de más de 250 millones de dólares de programas federales de nutrición, originalmente destinados a alimentar niños durante la pandemia.
Los cargos a muchos conectados con la ONG Alimentando Nuestro Futuro aparentemente involucran a conocidos personajes de la política, la construcción y la educación y reconocidos empresarios de la región.
En ocho meses de ardua labor investigativa se ha descubierto la desviación de dineros en todos los niveles de participación, incluyendo los administradores de restaurantes escolares que durante el cierre de los colegios por aislamiento sanitario utilizaron esos fondos para adquirir propiedades, automóviles y otros artículos de lujo. La lista de personajes involucrados aumenta diariamente a medida que los individuos acusados comienzan a justificarse y a implicar a otros a más alto nivel.
En Colombia se evidenció el mal manejo de recursos en la entrega de mercados, uso indebido de apoyos económicos dirigidos a población vulnerable, irregularidades en contratación pública, sobrecostos en mercados y en bienes de servicios diferentes a alimentos amén de abusos de contratación y favorecimiento de intereses políticos.
La propaganda diaria del gobierno no incluía el precio del atún a $20,000 lata ni la carne de caballo ofrecida por el PAE en Antioquia.
La labor de los gobiernos actuales, tanto de Biden como de Petro, no solo carga con la titánica construcción de un futuro mejor para el país sino también con superar el lastre dejado por los anteriores gobiernos.
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