El sindicato “noble” del Bayern, las “estrellas”, con el francés Ribery detonó con la salida de Ancelotti : el goleador holandés Robben y el defensa central Mats Hummels se ofendieron por estar en la “banca” hasta el minuto 68 frente al PSG. Al igual que el alemán de origen ghanes Jerónimo Boateng, quien por disposición del entrenador tuvo que ver el juego desde la tribuna. “Es un insulto a nuestro nivel de juego”, se comenta que fue la voz de los jugadores luego de la derrota 3-0 frente al PSG.
El técnico italiano desde su llegada había expresado en algunos círculos que las páginas de éxito de estas figuras ya pertenecían al pasado, a la era de Heynckes y Guardiola. Que él iba a conformar su nómina y a construir un nuevo Bayern con un menor promedio de edad, pero con jugadores en plan de consagración, no necesariamente con jóvenes en ascenso.
El germen de la tensión no era reciente. Había nacido desde el comienzo y estaba latente. La promesa de valor del técnico italiano no fue retadora, fue desafiante. Una parte de las directivas estaba de acuerdo, otra, la “línea de resistencia” era ambigua: la deuda histórica con las “figuras” aún estaba vigente, máxime cuando en la “parte deportiva de las directivas” —Rummenigge y Hoeness— todavía tienen gratitud y solidaridad con las estrellas que contribuyeron al logro del éxito reciente.
La otra parte de la resistencia deportiva era la que cuestionó desde un principio la distancia que Ancelotti tomó de “la filosofía y el trabajo de la cantera” que tanto ha admirado el Bayern del Barcelona y que fue uno de los motivos para haber tenido en su cuerpo técnico a Guardiola. Se dice en München que Ancelotti todavía acusa herencias del Real y mas si son de resistencia frente al Barcelona.
La tensión al interior del grupo de jugadores también había empezado a manifestarse desde muy temprano en la presente temporada. Promediando el verano de este año, Müller fue el primero en mostrar la incomodidad al llegar James como refuerzo y competidor directo en su puesto. Otro inconforme que pronto saltó a la inconformidad fue el polaco Lewandowsky cuestionado la calidad y nivel de las contrataciones que recomendó el técnico italiano.
A lo anterior se une el descontento y el respaldo directivo de parte de Uli Hoeness quien no ocultó las critica al italiano por dos hechos que comprometían los intereses y la imagen del Club: el poco compromiso con los noveles Kimmich y Renato Sánchez y el llamado –postdatado- al entrenador de arqueros Tomm Starke (ya retirado de su vida activa) como tercer guardameta. Un veterano de 36 años por encima de los arqueros sub 18, sub 20 y sub 23 fue algo que no cayó muy bien : el Bayern no cree en la cantera, no tiene arqueros de talento!!!
Por si fuera poco desde afuera Lothar Matheus y Steffan Effenberg desde fuera y con muchos anhelos de llegar al Bayern como técnicos, se convirtieron en los mas ácidos críticos del italiano a quien además le cuestionaron la promoción de su hijo quien llegó en carácter de preparador físico con indiscutible formación profesional en Ciencias del Deporte pero que prontamente y sin mayores méritos pasó a ser asistente técnico. Effenberg por su lado, no dudó en reclamar “un Bayern mas alemán” petición que ha adquirió unos visos políticos sincronizada o casualmente coincidente con las posturas de extrema derecha que reivindican un mayor nacionalismo.
No sobra mencionar que el Director deportivo del Bayern München es el bosnio Hasan Salihamidzic, exjugador del Bayern que habla cinco idiomas —ideal para un club con jugadores de diferentes nacionalidades—. Difícil sustraer estas situaciones del contexto político nacional, al fin y al cabo el Bayern es un club insignia del fútbol y de la identidad alemana. Actualmente en Alemania se enfrentan dos tendencias políticas: la internacionalista, liderando el gobierno, promovida y agenciada por la actual canciller —la Sra. Angela Merkel—de centro derecha- con apertura para los inmigrantes y para las alianzas internacionales. La otra postura en ascenso es la de la extrema derecha (Alternative für Deutschland- AfD/ Alternativa para Alemania), la línea de los neonazis. En el fútbol esta situación ya se manifestó con el abierto rechazo del Borussia Dortmund a los resultados de las elecciones a través de videos y pancartas.
El Bayern en la era de la globalización se ve obligado a “coger con pinzas” la orientación internacionalista de su nómina, la dirección técnica y la presencia administrativa. La línea hispanoparlante representada por Arturo Vidal, Javi Martínez, Thiago Alcántara; Javier Martínez, Juan Bernat y James Rodríguez deberá confirmar en el plano competitivo interno, si su talento, capacidad de contribución a los propósitos colectivos y en general su alto nivel de rendimiento deportivo, les abre el espacio para disputarles la titularidad a los alemanes.
Está confirmado: ha subido el clima deportivo y la temperatura política en la tierra de los bávaros.