Viaje a las estrellas
Opinión

Viaje a las estrellas

Por:
agosto 10, 2013
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Como antecedente quiero anotar la trayectoria de  Nadín Ospina, uno de los colombianos que tiene una proyección internacional  astronómica, en estos últimos tiempos ha tenido muestras en la galería Ivo Kamm en Suiza, en la Universidad New Berger en el estado de Nueva York,  participa en la bella exposición de la colección Daros en Río De Janeiro, en el Museo Palacio Arzobispal en México, la exposición del Museo de Artes Visuales de la universidad Jorge Tadeo Lozano y, la próxima retrospectiva sobre el manejo del color en su obra, que hará este mes en la galería El Museo en Bogotá. Larga historia en poco tiempo.

Nadín Ospina es un artista que une tiempos con historias. Por ejemplo, a los templos precolombinos o las figuras de esos tiempos donde la geometría era la regla —y que son nuestro armonioso vestigio cultural—, las mezcla con ídolos de la ficción infantil norteamericana para presentarnos, de esa fundición de momentos, una arqueología moderna.

Como me incomoda la modalidad obtusa que ha tomado el Salón Nacional,  que contradice sus funciones, retomo el artículo que publicó Nadín Ospina donde se refiere a la deformación del evento y a las curadurías paliativas de gente que está aprendiendo una labor que requiere saberse la historia del arte para poder proponer algo nuevo y  donde habla del desprestigiado, desmembrado e inútil esfuerzo del Ministerio de Cultura.

caricatura ana escallon - Viaje a las estrellas

La primera buena pregunta que se hace el artista es ¿Por qué el Salón Nacional de Artistas Colombianos se convirtió ahora en Salón (Inter) Nacional de Artistas? A primera vista y, como pomposamente, lo presenta el Ministerio de Cultura como un ensueño , pero si hilamos un poquito más fino, encontramos algunas cosillas.

La fulgurante invitación a la super estrella del mainstream internacional, como Cildo Meireles o Ernesto Neto, implica costos que sólo son capaces de asumir instituciones como la Tate Modern de Londres o el Museo de Arte Moderno de Nueva York y, hasta al Banco de la República le temblaría la chequera para invitar a estos monstruos.
Y continúa anotando: Y no es que no valga la pena invitarlos, ni más faltaba, esto sería verdaderamente algo extraordinario, pero una exposición decente de ellos o de cualquiera de los 40 invitados internacionales tiene un costo impagable o, por lo menos cuestionable frente a las carencias que afronta el medio artístico local.

El texto sigue con una buena pregunta ¿O es que se van a traer solo obras menores, o sea un salón de nombres y no de obras? Si esto termina bien, estamos ante un fenómeno sin precedentes en la historia del arte colombiano. La fiesta, pero dejaría de tener el carácter de Salón Nacional donde todos comparten el espacio para convertirse en una propuesta.

Y, Nadín  continúa con lo que ya sabemos desde que desmembraron en regiones la propuesta con el gobierno de Uribe y si es así, entonces me pregunto ¿por qué en los pasados Salones Regionales hubo tantas quejas, tanta precariedad y un presupuesto tan exiguo? ¿Por qué se engañó de esa manera a los artistas colombianos?

Otra buena pregunta ¿Por qué convocar a un evento internacional cuando los artistas colombianos se ven tan mal representados, siendo esta la única instancia institucional, el único espacio no comercial para que los artistas puedan mostrar su trabajo?

Y entra el artista a contar números que muestran la inconveniencia de los muchos curadores nefastos —amigos de sus amigos— que arman un círculo social mortal. En el XXXIV Salón Nacional de Artistas Colombianos de 1992, hubo 300 artistas invitados, en este caso solo 63, tres de ellos fallecidos.

Haciendo un pequeño balance vemos que hay entre los 60 artistas invitados, 44 artistas menores de 40 años, o sea el 73% de los colombianos y de estos, 20 son menores de 30 años. Indiscutiblemente este es un Salón de Arte Joven. La generación intermedia está representada escasamente por solo 12 artistas y la de los mayores de 60 por tan solo 6.
¿Es esta la muestra representativa de la comunidad artística colombiana?

La pregunta del millón  sobre su objetivo primordial: ¿Es este el Salón Nacional de Artistas Colombianos, el termómetro del arte nacional? ¿Es este el espacio en donde los artistas y la sociedad pueden ver, aprender y confrontar el quehacer artístico nacional en todos sus matices?

Sobre las erróneas políticas de Estado anota: Por supuesto que se necesitan bienales, y eventos como este van bien en lugares en donde el estado o las dispositivos del mercado del arte asumen y proporcionan un bienestar y un funcionamiento mínimo de la dinámica de la comunidad artística, pero esto por ahora no ocurre aquí y no se puede olvidar que las políticas del estado deben estar primordialmente al servicio de la base más amplia de cualquier colectivo de la sociedad.

La regionalización que rompe el esquema del verdadero Salón y, de paso abre otro hueco más desfavorable: ¿Por qué este Salón siendo un evento oficial no convocó a los artistas para presentar a consideración su trabajo como se hacia en anteriores oportunidades?

Claro, se dirá: pero sí la mecánica es participar en los Salones Regionales, y ahí si se hizo una convocatoria.
Pues no, y allí es en donde está, a mi juicio la raíz de todo este desacierto. En el encabezado de la convocatoria se lee: "BECAS DE INVESTIGACIÓN CURATORIAL PARA LOS 14 SALONES REGIONALES DE ARTISTAS". O sea que era una convocatoria para curadores y no para artistas. El resultado fue que muchos artistas se convirtieron, por arte de magia o de oportunismo o de necesidad en improvisados curadores, generando la aparición espontanea de un nuevo espécimen local el “
Artistcureitor Anfibius”. Y vimos una muy loable labor por parte de los esforzados nobeles curadores que hicieron lo mejor, invitando por lo general a sus conocidos y amigos; pues que otra cosa puede ocurrir cuando no se cuenta con el costoso dispositivo institucional de una convocatoria que indague en el verdadero campo artístico.

Pero bueno, se eligieron un total 8 "artistcureitors" que hicieron su labor; escoger un número representativo de artistas en su región. Toda muestra regional y en su determinación cerrada, se convierte en la fiesta de un club de amigos de la Universidad de los Andes.

Para ilustrar, veamos el caso de la zona centro en la cual el jurado de selección (María Ángela Méndez) escogió dos proyectos (Las edades de Lucas Ospina y La Cooperativa). Agradecería si alguien me indica si algunos de los artistas escogidos por estos proyectos fueron invitados al Salón (Inter) Nacional pues yo no los veo. En cambio se puso de nuevo en evidencia el ya descarado ping – pong  (yo te premio, tú me premias) del imbatible roscograma  Méndez-Ospina, pues Ospina no solo fue escogido por Méndez como artistcureitor para el Regional, sino como caso excepcional, como artista para el Salón (Inter)nacional ¿Tendrá Ospina la grandeza de presentar a los artistas de su proyecto o tendrá el cinismo de presentar su obra personal?

Pero vamos más allá ¿alguien conoció en Bogotá las discretas convocatorias de Las Edades y La Cooperativa? sobre todo si no estudia en los Andes ni lee Esfera Pública.

Igual pasemos por alto este detallito porque la verdad es que si se hizo una convocatoria de amplia difusión para participar directamente en el Salón (Inter) Nacional. Es de destacar el espíritu lúdico de la misma que queda plasmado en la convocatoria que finalmente nos advierte, eso sí, esta selección no estará en las sedes principales: el Museo de Arte Moderno y el Museo de Antioquia.

Anota la incongruente convocatoria sobre los lugares dónde se realizará el evento y alegres motivos: "Esta invitación es para preguntar a ustedes, que conforman la escena de arte y cultura de Medellín, ¿Que puede aportar el Salón a su proyecto? ¿Hay algo de su experiencia que le pueda ser útil al Salón? Queremos que las personas y organizaciones que integran el campo de las artes de la ciudad de Medellín nos hagan llegar sus iniciativas para generar procesos de creación, circulación o formación en el marco del 43 SNA. Es posible participar en los siguientes espacios:

Dentro de las peores circunstancias, la convocatoria anota algo realmente irresponsable con su alternativa sin presupuesto y, con las inconclusas curadurías de jóvenes que no saben deletrear a un artista de los Países Bajos.- El Salón Nacional se convirtió en fiesta de consumo:" “La Heladería”, primer piso del edificio de la Naviera Grancolombiana: el espacio está concebido como una cafetería/bar con actividades temporales que pueden durar unas horas, una mañana, una tarde, un día. Las propuestas pueden oscilar entre conciertos de música, encuentros de arte portátil, presentaciones de portafolios de artistas, performances, proyecciones de video, intervenciones efímeras, lanzamientos o exhibición de publicaciones o iniciativas similares. Buscamos que en ese espacio se concentren actividades que dinamicen la exposición y mantengan vivo el diálogo; una especie de larga inauguración, donde artistas y público puedan coincidir durante los dos meses del Salón. Será, entre otros, un lugar de ambiente para el encuentro relajado, agradable, de información, de venta de refrescos, de conversaciones amenas y fiesta, poco apto para talleres y laboratorios."

Sobre el resultado de toda esta pantomima sin responsabilidad cultural dice Nadín Ospina; otro novísimo espécimen del arte nacional: el "Artista Recreacionista". Y si, amiguitos, hubo selección. Pero estos artistas no están en la exposición del Salón (Inter) Nacional de Artistas, solo en este espacio recreativo. ¿Entonces, como se seleccionaron y con qué criterio los artistas del Salón?

Yo personalmente no vi ninguna convocatoria que se ajustara a mi simple actividad profesional, artista plástico y visual. Hasta la Dian y la Cámara de Comercio la clasifican así con el número 9005. No curador, ni animador, ni recreacionista, ni ninguna otra cosa.

Muy lógica y honesta es su última apreciación: alguien dirá que estoy ardido porque no me invitaron, y si, tiene toda la razón pues yo como miles de artistas colombianos, merezco y exijo que mi trabajo sea al menos considerado en condiciones imparciales para participar en este que como lo dice el mismo Ministerio: es el programa de apoyo al arte contemporáneo de mayor trayectoria en Colombia y, posiblemente, su plataforma más visible.

Los artistas no nos sentimos representados en este Salón y si más bien usados con un propósito que está haciendo carrera y es el de posicionarse en el circuito internacional de la curaduría que es hoy por hoy el jet-set del arte. ¿Su narración triunfará? : Saber desconocer el arte…

¿Ustedes qué opinan? ¿Será esto un mal invento de Cerón y sus amigos? Ministra, haga las cosas bien. Ni en  el mundo que se inventó en el siglo XIX, y con esta historia institucional, no le va bien al presidente Santos.

 

 

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