Para: Irene Lalinde Gallego
De: Comovos Escobar López
Irene. Te escribo esta carta de amor porque sé que la encontrarás en ese buzón oculto que tenemos todos los gatos en nuestras casas. Te iba a llevar una serenata, pero me enteré que eres sorda de nacimiento y eso te hace más atractiva, más inteligente, más guapa. Qué ironía, tú eres más blanca que las nubes de agosto y yo más negro que las noches de marzo.
Nuestras vidas son tan parecidas. Supe que cuando eras bebé te encontraron unos niños en el patio de una escuela en los cerros de Bogotá, uno de ellos te llevó a su casa pero sus papás no dejaron que te quedaras allí. No es el destino, ya verás por qué. Entonces te llevaron donde otra familia y tampoco comprendieron que vivías en silencio. Pero llegó Iván Lalinde, tu papá, para hacerte un mejor día, para darte una mejor vida. Los humanos creen que escogen a los gatos, se equivocan Irene, tú y yo sabemos que nosotros los escogemos a ellos.
Conmigo sucedió lo mismo. Recuerdo que desperté en una bodega de San Andresito de la 38, tenía hambre y de tanto llorar una chica entró y me recogió, me llevó a un hogar de paso y no sé por qué les dio por subir una foto mía a Facebook. Allí vi el perfil de un periodista y su hermosa novia. Ella me encantó, quería que fuera mi mamá y de inmediato los escogí. Esto ha sido lo máximo. Mira cómo es la vida; ahora tú vives en Rosales, a unas cuadras del apartamento del presidente, y yo vivo en La Castellana, a unas cuadras de ese hermoso teatro. Te tengo que invitar.
Izquieda: Comovos Escobar López | Derecha: Irene Lalinde Gallego
Tal vez por ese hermoso reino que te ha construido Iván desconoces que su vida no ha sido para nada fácil. Que todo lo que tiene se lo ha ganado a pulso. Me di a la tarea de investigar con sus amigos gatunos y me gustaría contarte mucha cosas de él, ¿sabes?. Imagínate que nació en una familia bastante numerosa en Medellín, es el último de 10 hermanos. Fue una alegre sorpresa para Iván y Tere, sus padres, que llegara a casa porque cuando nació el hermano al que le seguía ya tenía 15 años. Creo que por ello te has identificado tanto con él, desde niño jugó con amigos imaginarios y disfrutaba de la soledad de su casa en las tardes, como tú lo haces cuando él no está, guapa. Pero mira cómo es la vida, Iván es ese hijo que no deja que pase un solo día sin hablar con sus padres, siempre los llama, así sea para preguntarles si ya salieron a caminar. Además, viaja una vez al mes para visitarlos y no por obligación sino porque los adora. Tus abuelos tienen 82 años pero se ven tan jóvenes que parece que apenas se estuvieran enamorando. Ojalá cuando nos casemos así sea de bello nuestro amor, guapa.
Irene, me contaron que no aguantas un programa completo de televisión, en cinco minutos te quedas dormida. Quiero ser más preciso, no es que no te gusten, es que así somos los gatos. Pero entonces te habrás preguntado ¿por qué hay tantos televisores en el apartamento? Bueno, hay que decir que solo uno es real, el de la sala, porque el resto son suvenires que la gente que admira a tu papá le trae de todo el mundo. ¿Sabes cuál es la razón? Iván hoy por hoy es en uno de los presentadores más queridos del país, guapa. Las mamás lo adoran. Aquí entre nos, lo llaman: “El yerno más deseado de la televisión colombiana”. Todas lo quieren para sus hijas. Pero para llegar allí tuvo que recorrer un largo jardín de espinas y rosas. Es que la vida no es fácil, guapa.
Cada que Iván Lalinde sube una imagen de Irene, tiene más de 3000 likes y sus fotos se viralizan por toda la web
Los profesores del Colegio San José, aún recuerdan que se sentaba en la mitad del salón pero que sus notas ocupaban los primeros lugares. Cuando entró a la Universidad Pontificia Bolivariana combinaba sus estudios de Comunicación Social y Periodismo con un trabajo por la tarde como mesero en la heladería Mimos y uno en las noches como barman en el bar Berlín. No había recibido el título y ya lo habían llamado de Bogotá para que presentara la sección de entretenimiento en el noticiero de Prego, era 1997. Un año más tarde en la misma línea fue la cara del naciente noticiero del canal privado de RCN. Entraba a trabajar a las cuatro de la mañana y salía a las 10 de la noche. No ha cambiado en nada lo workaholic que es, ¿verdad?
Irene, sé que nunca lo has visto enfadado ni desacomodado en casa pero te voy a contar un episodio de esa época que dice mucho de la personalidad tan definida que tiene. Iván estaba en desacuerdo con el camino editorial de un noticiero para el que trabajaba. Su primer choque fue ver cómo celebraban haber lanzado la primicia sobre el secuestro del avión de Avianca mientras cientos de familias lloraban a sus seres queridos. Le incomodaba que solo buscaran noticias trágicas para superar en rating al noticiero rival. Pero lo que le llenó la copa del sentimiento fue el día que publicaron en la mañana, al medio día, en la tarde y en la emisión de la medianoche las imágenes de un hombre al que lapidaban a golpes en Chinchiná. Al día siguiente renunció. Eso lo hizo un ser más limpio, con una dignidad indestructible.
No quería seguir trabajando en noticieros, aunque ni bien había salido y ya lo estaban llamando del canal de al frente para que presentara informativos frescos. Desde ese tiempo, hace ya 15 años, Caracol Televisión ha sido su casa y todo para él ha sido un tanto más suave. Ahora tendrá sentido para ti que sus horarios sean tan gatunos como los nuestros. Por eso no es raro que todos los días se levante a las 3:30 de la mañana, justo cuando los gatos nos despertamos, que te abra la bella terraza desde donde divisas Bogotá y se tome un café a tu lado, para ir al gimnasio a las cuatro de la madrugada. ¿Cuándo me invitas a ver ese amanecer que tú todos los días te quedas pasmada viendo?
Pero Iván no se vuelve a acostar a las siete de la mañana como acostumbramos los gatos para seguir durmiendo hasta el mediodía. Él se pone a trabajar. De hecho muy pocos saben, tal vez tú también lo ignorabas guapa, que tu papá no solo es periodista y presentador: Él fue el creativo detrás de programas como Nuestra Tele, Te Levantas, Comandos, Jack el despertador, estuvo en el nuevo formato de Día a Día e incluso fue el hombre que se inventó el exitoso talk show La Red. Tú también te preguntarás de dónde es que le llegan tantas cartas y regalos para ti; pues bien, te voy a contar.
Todo inició el día que Juan Esteban Sampedro, tu tío putativo, es decir el mejor amigo de tu papá, lo llamó para a presentar El precio es correcto. Un programa vespertino donde regalaban desde licuadoras hasta carros, pero en el que el carisma y la alegría que trasmitía Iván fue todo cuanto lo catapultó en el corazón de las mamás de Colombia. Si tienes en cuenta que en cada concurso al menos había ocho participantes y que hicieron 805 capítulos, Iván alegró y abrazó directamente a más de seis mil (6.000) personas. Seamos claros Irene, tú fuiste pieza fundamental para que a la mitad de este record, tu papá no tirará la toalla, teniendo en cuenta que somos los gatos los que absorbemos las energías pesadas que nuestros humanos recogen en la calle y las convertimos en energías bonitas. Te imagino cuando llega Iván todas las noches y se recuesta en aquel mueble gris de su diminuta sala, mientras tú te vas sigilosamente hasta su lado y le comienzas a ronronear por la alegría de verlo y con tus mejillas lo acaricias para que deje de pensar en el trabajo y tenga esa paz necesaria que lo hace un ser más brillante.
Te voy a contar un secreto pero prométeme que no vas a hacer reclamos, guapa. No sé si has notado que tu papá por estos días está angustiado, triste y un tanto melancólico. Todo ello se debe a que en Caracol Televisión le propusieron presentar un nuevo concurso en Asia. Debe irse por tres meses a trabajar. Tiene un vacío en el pecho porque no sabe cómo vas a reaccionar al enterarte y no volver a verlo por tanto tiempo, aunque ya sabe que te va a dejar al cuidado de María Palacios, la bella señora que le ayuda a arreglar ese peqeñísimo pero tan armonioso apartamento que es tu reino. Quizá esto te dé más confianza. Te pido por favor que no te le vayas a hacer chichi en la maleta, como lo has hecho cuando le ha tocado viajar como embajador de Teletón, Unicef y P&G. Irene, si por él fuera te llevaría a su lado, pero ese programa es en ciudades tan extrañas como Vietnam, Camboya, Laos y Tailandia y te podrías enfermar. Él no lo sabe, pero yo también te voy a ir a cuidar. Será un secreto entre tú y yo.
Así como tú lo cuidaste cuando estuvo tan enfermo del alma por la partida de su gran amigo Bernee, Bernardo Duque. Aquella voz que lo acompañó en El precio es correcto pero que se convirtió en un hermano más, aunque la vida los separara para verse después en la eternidad. No sé si te contaron también que otro de sus grandes vacíos fue cuando partió su amiga Lina Marulanda, es por ello que Iván de vez en cuando pone esa canción tan bonita de Damien Rice, blower's daughter y se toma un par de whiskies con Red Bull, como lo hacía con ella cuando salían de fiesta.
Irene, no temas por estos tres meses sin tu papá. Allí va a estar María Palacio que lo quiere igual que tú. Y cómo no querer a un jefe que le acaba de ayudar a que por fin tenga su casa propia en Soacha. Eso no lo hace cualquiera. Sí, allá en Soacha donde el día que acompañó a María para que la entregaran las escrituras la gente no le pedía autógrafos o selfies, sino que le preguntaban por lo más hermoso que tiene la casa de Iván Lalinde: le preguntaban por ti mi Irene, la gata más hermosa de Colombia. Yo también te quiero cuidar guapa, así sea desde mi ventana.
Un ronroneo para ti,
Atentamente,
Comovos.
