En la recta final de su vida Stephen Hawkings sigue soñando con grandes proyectos. Esta vez está decidido a embarcarse en una ambiciosa investigación que lo llevará a develar el misterio de la vida en otras galaxias. La financiación estará a cargo de Yuri Milner, un científico ruso que, además, es multimillonario.
Su nombre está ligado al universo y al más famoso astronauta ruso: Yuri Gagarin, el primer hombre que visitó el espacio exterior. Después de estudiar física en la universidad estatal de Moscú y de presenciar como las estatuas de Lenin caían ante una multitud enfebrecida que gritaba en plena plaza roja “¡Queremos Coca-Cola! “, Milner se convirtió, en 1990, en el primer estudiante post-soviético en trabajar en el Banco Mundial en Washington. Un par de años estaba en el sector privado, en el banco Metanep, fundado por Mikhail Khodorkovsky, empresario de la primera camada de magnates que aprovecharon las privatizaciones soviéticas después de 73 años de comunismo. Khodorkovsky actualmente está preso bajo cargos relacionados con fraude.
Milner le desembolsará US 100 millones en un lapso de diez años a la Universidad de Berkeley en donde se desarrolla el programa SETI que busca vida inteligente en otras galaxias. Fue el propio Stephen Hawkings quien junto a Ann Druyan, viuda de Carl Sagan, hicieron pública la donación. El origen de la fortuna del físico ruso fue la tecnología. Introdujo en los años 90 el internet a su país asociado a Yahoo y en el 2005 fundó Digital Sky Technologies, DST Global, compañía que terminó monopolizando el servicio de internet. Esta compañía fue financiada en un 50% por el millonario Alisher Usmanov quien, durante los años ochenta, en plena Perestroika, estuvo preso en Usbekistán acusado de fraude y el desfalco de un banco que el mismo presidía, aunque pronto logró la libertad y por una maniobra jurídica terminar sin cargos. Sin embargo en Rusia nadie duda de la culpabilidad de Usmanov.
Con una fortuna de 20 mil millones de dólares, Yuri Milner quiso transformarse en un filántropo de la ciencia. Desde el 2010 instauró el Breakthrough Prize, el premio que con 9 millones de dólares, se convirtió en el que mayor remuneración monetaria otorga en el mundo, en el campo de la física, las matemáticas y las ciencias naturales.
Milner espera con esta última donación hacer historia. El programa SETI el programa cuyo presupuesto sólo le alcanzaba para indagar vida entre las cien millones de estrellas que cercan la tierra, se trasformará en el proyecto Breakthrough Listen, que contará con dos poderosos telescopios localizados en West Virginia y Nueva Gales del Sur (Australia) que durante tres meses al año observaran constantemente el universo. Un tercio de los 100 millones de dólares serán destinados a mejorar los dispositivos de recepción de señales que flotan en el espacio. La otra tercera parte se irá en la contratación de estudiantes y expertos para operar el proyecto. Mientras que la última parte del montó será para contratar “tiempo de observación” en los principales telescopios del mundo. Los lentes de dichos aparatos serán cincuenta veces más potentes que los que se han venido utilizando hasta la actualidad y tendrán la capacidad de expandirse diez veces más lejos por las galaxias que nos rodean.
Los primeros resultados de la iniciativa se empezarán a ver sólo hasta dentro de diez años. A pesar de la espera, que parece demasiado larga, y que muy seguramente Sthephen Hawkings no podrá ver, éste cree que este proyecto será el principio del fin de uno de los enigmas que más ha inquietado a la humanidad: saber si existe vida detrás de esas estrellas que, aún después de muertas, no dejan de titilar en las noches despejadas
