Estamos en guerra.
El supermercado abre puntual y está lleno de provisiones
hay descuentos en vegetales
y carnes rojas.
Estamos en guerra.
El noticiero muestra otra vez los goles de ayer
la radio anuncia las canciones que sonarán mañana
y el café humea mientras el locutor pregunta por la bolsa
de Nueva York.
Todos los taxis te pueden llevar a tu destino.
Estamos en guerra.
Los chicos acuden constantes y conformes al colegio
—ojalá aprendan algo que haga distinto el destino—
Las peluquerías tienen agenda completa esta semana
venga usted después.
Estamos en guerra.
Somos felices en instagram
y sin filtro afuera la vida se ve igual.
Mañana todo el que trabaja
irá a trabajar.
Todo está dispuesto.
el cajero electrónico funciona bien
el cajero humano también.
Estamos en guerra.
La luna sigue ahí.
Y los lunáticos también.
Alguien pide más sangre
como quien pide un poquito más
de salsa de tomate.
Estamos en guerra
y todos los restaurantes abren
para el almuerzo y la cena.
Estamos en guerra.
Y no termina
es cotidiana
y feroz.
Y ni siquiera la ves.
Las imágenes que acompañan este poema son del fotógrafo Federico Ríos (@federicorios) Un hombre que ve con el corazón en la mirada. No obtura, palpita.
@lluevelove