Se cumplen cuatro años de la partida de uno de los grandes de la música salsera colombiana, del centurión de la noche, del gran Álvaro José Arroyo González, conocido artísticamente como 'el Joe'. Sin duda el Joe es de los mayores exponentes del género de la salsa en nuestro país y en el mundo, quien llegó a palpar las mieles del éxito mundial.
Cuatro años después de la dolorosa partida del Joe seguimos disfrutando de todos sus éxitos, de las canciones que lo inmortalizaron y, quienes durante años seguimos su carrera artística, aún intentamos mantener su legado musical intacto. Y es precisamente eso lo que se ha perdido. Ya muy pocos se preocupan por mantener los ritmos autóctonos de nuestra región Caribe, esos ritmos que Joe Arroyo tenía la calidad de mezclar para crear nuevos ritmos como 'el Joe son'. Prueba de ello son las tantas canciones que compuso y a las que le dio musicalización.
Álvaro José era excéntrico, le gustaba grabar de noche porque de esta forma en sus canciones sentía menos la pesadez de la ciudad, el ruido de los automóviles y de la ciudad en general tal y como se lo confesó a el gran periodista barranquillero Ernesto McCausland, la noche resultaba su mayor tiempo de inspiración para componer y darle los más sonoros compases a sus canciones.
Su orquesta, La Verdad, contaba con los mejores músicos de la época quienes eran los encargados de darle vida a todas las canciones que el Joe se le ocurrían, el Pin Ojeda, su timbalero durante años, junto al pianista Chelito de Castro eran los encargados de sacar la melodía en sus instrumentos lo que Joe balbuceaba y que luego con toda la orquesta montaban una gran melodía. Las magníficas trompetas de Luisito Aquino y Rafael Díaz daban un toque versátil en los solos de estos instrumentos, y muchos de los trabajos musicales contaban con los arreglos de Juventino Ojito Palma y Conrado Marrugo, pero las grabaciones del cantante de “En Barranquilla me quedo” demoraban más de los acostumbrado debido a que, cuando parecía que todo estaba listo, de un momento a otro decidía agregar o mejorar alguna nota.
Joe Arroyo, como todos sabemos, provenía de una extracción humilde. Desde muy joven, con un balde en su cabeza, recorría las calles de su barrio en Cartagena de Indias mientras buscaba un poco de agua para las necesidades básicas de su casa. Luchó por sus ganas de ser cantante hasta que fue descubierto por el maestro Fruko quien lo llevó a Medellín, con tan solo 17 años, a formar parte de Fruko y sus Tesos en donde compartió escenarios con Wilson 'Saoko' Mayoma, donde años después salió para formar su propia orquesta y lograr el éxito como solista. Ganador de 18 Congos de Oro, 4 Súper Congos y un Grammy Latino en la categoría Mejor cantante/compositor en el 2011.
Hoy, cuatro años después de su partida terrenal y luego de innumerables éxitos, exhorto a usted, estimado lector, a no permitir que desaparezcan las tradiciones musicales y los ritmos autóctonos de cada región del país, pues son estas quienes dan identidad a cada rincón de nuestra amada Colombia. El Joe amaba su costa caribe, amaba a Barranquilla, Cartagena y Palenque, sus antepasados, esos negros y zambos en los que encontraba la fortaleza para seguir adelante a pesar de tantas adversidades. Y usted, amigo lector, no olvide a las grandes personalidades de la música autóctona de nuestro país. Joe Arroyo, Colombia nunca te olvida.
