No importó la temperatura de 35 grados centígrados bajo el sol para que más de 4.000 personas salieran a expresar su orgullo y respeto por ser parte o de compartir la vida con la comunidad LGBTI. Cali fue un carnaval, pero con orden. A diferencia de la cabalgata o de la celebración de los títulos de fútbol, la gente que se dio cita entre el Parque de las Tortugas y el Parque de la música frente a Chipichape, en un recorrido de varios kilómetros, no echó harina, espuma, agua, o cualquier otro elemento que disgustara a los presentes. Por el contrario; en el trayecto se veían abrazos, caricias, besos, respeto, amor. Orgullo.
Todo cuanto se organiza con tiempo, sale bien. Hace tres meses la tarea de realizar el tercer desfile social y cultural Pride Cali 2015, se lo echó al hombro Queens Group y su director Óscar Solarte. Este conglomerado que ya tiene dos bares, una emisora y una revista, pero que además salió en la Revista Semana como uno de los mejores proyectos de la comunidad LGBTI de Colombia, aprovechó su influencia para hacer una convocatoria multidisciplinar que se vio en las calles de Cali. Médic@s, ingenier@s, administradores, estilistas, asesores de imagen, diseñadores de modas, gráficos, publicistas, periodistas, publicistas y cantantes entre otros iban luciendo sus mejores atuendos y advirtiendo un solo lema: #YoTe Respeto.
Los caleños salieron a las calles a ver pasar las dos camabajas decoradas con tanto glamour que no le pueden envidiar nada a las de Rio de Janeiro. Detrás iban tres carrozas una caravana de camionetas, además de los grupos de baile y performance que alegraron el día. A nadie le importó si lo llamaban gay, lesbiana, travesti, transexual, bisexual o vulgarmente marica. La diferencia y la tolerancia brillaban. De hecho varias fundaciones apoyaron todos los eventos que se llevaron a cabo en este día; desde Chao Racismo, Glairis, el Fondo Mundial, y este año la Fundación Para la Inclusión Social y el Derecho a ser Felices (Fundase), quienes colaboraron con 30 voluntarios en la organización de este evento.
Fueron tres meses de producción donde se realizó hasta un novedoso documento de comportamiento para que no sucediera lo que pasa en otras ciudades del mundo, que todo se viene abajo por algún desordenado. Sin prohibiciones por todas las redes sociales y canales de comunicación se le sugirió a la gente tener en cuenta los siguientes puntos para la marcha del orgullo gay: evitar beber alcohol durante el recorrido, evitar el consumo de alucinógenos y en lugar de desbordarse en desnudos, montar hermosos trajes típicos llevados por las mujeres trans. Todo salió como lo planeado, no se registró ni un solo incidente de peleas, heridos o irrespeto. Vale la pena recordar el Pride Cali es un evento netamente privado, pero quizá con estos resultados las entidades gubernamentales puedan apoyar la causa.
En Cali es la primera vez que en el día del orgullo gay se le dio toda la importancia a las mujeres transexuales. Todo porque esta comunidad ha sido la más estigmatizada e invisibilidad por gran parte de la sociedad. Las chicas salieron felices después de sentirse aplaudidas, queridas y hasta piropeadas. Para la activista LGBTI, Helen García este Pride: “No fue vulgar, se le demostró a la sociedad heteronormativa, que se pueden hacer eventos organizados. Fuimos pioneros y nos diferenciamos a las demás marchas del país, por dar ejemplo, porque siento que fuimos responsables”.
El remate también fue por lo alto. Se llevó a cabo en Mission Club, quizá el sitio de música electrónica con la mejor producción del país. Es de recordar que Mission, según la Revista DJ MAG, tiene el mejor sonido de Latinoamérica. Los organizadores del Pride invitaron a nada menos y nada más que a la cantante española Nalaya, quien ha compartido escenario con Lady Gaga y es un referente en las fiestas electrónicas de Ibiza donde logró el Guinness records de cantar en una discoteca con un aforo de 15 mil personas. Así mismo estuvieron los Deejay’s Hugo Sánchez, quien tambipen reside en Ibiza; Esteban Ojeda Dj residente de Pacha en las islas canarias; y David del Olmo, el deejay del club Queens Cali.
La boletería para una fiesta de estas puede oscilar entre los 100 mil y 150 mil pesos por persona, pero los organizadores de este Pride Cali lograron recaudar los 25 mil dólares que costó todo el montaje de la noche con patrocinadores privados. En cambio, dieron ejemplo, porque a los asistentes solo se les cobró un valor simbólico de $8.000, dinero que será destinado a obras sociales con la comunidad LGBTI de la ciudad. Todo un ejemplo y un orgullo de lo que es celebrar el día gay en el mundo.