Carta de la hija de un pequeño transportador expropiado

Carta de la hija de un pequeño transportador expropiado

A propósito de las busetas que el Distrito sacó de funcionamiento

Por: María Camila Triviño Canizales
junio 25, 2015
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Carta de la hija de un pequeño transportador expropiado
Imagen Nota Ciudadana

Mi nombre es María Camila Triviño Canizales, hija de German Triviño, un hombre que ha dedicado su vida al negocio del transporte para sacar su familia adelante. Somos una familia clase media, estrato tres, habitantes de la localidad de Fontibón.

Es un orgullo para mi decir que soy comunicadora social-periodista de la Universidad Externado de Colombia y he podido ejercer mi profesión con las pocas oportunidades que hay para un recién egresado en este país. Tengo un hermano mayor Luis Carlos Triviño egresado de la Universidad Nacional con título músico violoncellista, y una hermana menor Karen Sofía Triviño Canizales que se perfila como una buena estudiante en uno de los 100 mejores colegios de Bogotá (Santa Ana de Fontibón) y todo esto cuando mi papá a duras penas cursó la primaria y mi madre Dora Ines Canizales Moreno el bachillerato.

Desde que tengo uso de razón he visto como papá diariamente se parte el lomo para que las busetas que hoy el distrito saca de funcionamiento trabajarán a plenitud cargando repuestos, saliendo a altas horas de la noche a desvararlas y realizar un sin fin de cosas que requiere un vehículo como pagar tarjeta de operación, seguro, rodamiento etc. A eso sumado las deudas y los gastos diarios que requiere un hogar de cinco personas.

Toda labor así como deja cosas positivas, también deja sus cosas negativas, en este último caso han causado un estrés que hoy perjudican la enfermedad que hace cuatro años nos enteramos mi papá cargaba, un aneurisma en la vena aorta que ha sido operado en dos ocasiones y hoy requiere otra cirugía, pero las probabilidades de quedar en un estado parapléjico hacen que él decline de esta y espere que esa bomba de tiempo decida cuando estallar o que un ser superior en este caso según la tradición de nuestras creencias Dios decida llevárselo de este mundo terrenal.

Sin embargo a sus 60 años no ha recibido la pensión, y a pesar de que esta enfermedad no permite que se exceda ni realice ningún tipo de fuerza, él quiere seguir cuidando de sus busetas que le dan el sustento diario , finalmente es lo único que aprendió a hacer.

Me martiriza la cara de preocupación de mi papá cuando piensa que va a hacer de su tal vez corto o lejano futuro con una enfermedad que no le permite trabajar pero con un sistema que se lo está imponiendo, lo esta obligando a mirar que otra cosa se pone hacer.

Hoy el SITP filial de Transmilenio, planeado por un ex-alcalde poco visionario, le quita la oportunidad a muchas personas de ser lo que hoy soy yo, una profesional honesta que estudio gracias a esas cebolleras.

Hemos sufrido crisis económicas devastadoras pero nunca hemos pasado necesidades desmesuradas, y es que no solo los propietarios se ven afectados, nadie piensa en los conductores, en los calibradores, en las personas que venden el tinto en el paradero, en los mecánicos, en los dueños de los parqueaderos, hasta en los mismos policías corruptos que se hacen el Agosto con sus partes absurdos.

Los mismos buses que hoy quitan, y digo quitan porque no se da el pago oportuno de la renta o ventas de los vehículos, son por los que estos pequeños transportadores pagaron millonadas y hoy las adquiere un monopolio para pintarlas de azul y ganar cantidades absurdas a costillas de personas que hoy aún están con la deuda en los bancos.

Hoy todos estos transportadores están dispuestos a entregar el negocio, a regalarlo sin ninguna participación, lo único que piden es que les respondan por sus pagos en el tiempo justo y necesario.

Yo no creo que cuando estas busetas las saquen definitivamente de funcionamiento llegue un carro a recogerlas inmediatamente para llevarlas al sistema, van a tener que pagar un parqueadero y tarifas de mantenimiento que a la fuerza correrán por cuenta de los propietarios, dinero que no se sabe de donde va a salir porque van a estar paradas sin producir un solo peso debido a la cancelación de todas las rutas.

Muchos pensaran que estas personas que protestan no quieren un progreso para la ciudad, pero enserio un progreso donde un bus del SITP a duras penas pasa por las angostas calles de esta ciudad, progreso cuando los escalones de estos buses son un peligro para personas de la tercera edad, niños y población con discapacidad, un progreso donde se esta perdiendo radicalmente la poca cultura que le queda a los bogotanos, progreso cuando en vez de acortar distancias las alarga, ¿realmente eso es progreso?.

Yo pido un sistema de transporte organizado, pido una solución para la gente que hoy queda en bancarrota, para las personas que viven y han vivido enteramente de esto, lo último que si quiero expresar es que amo a Bogotá, amo mi país, pero acá el sistema sigue haciendo ricos a los más ricos y miserables a los más pobres.

¡GRACIAS PAPÁ , GRACIAS “CHARCHALAS”!

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