Ismael Enrique Bastidas, perteneciente al resguardo indígena de San Andrés de Pisimbala, pueblo nasa en Inza, Cauca, fue asesinado por miembros del batallón 57 del Ejército Nacional de Colombia el pasado 22 de junio de 2015.
Bastidas se trasladaba en motocicleta hacia su casa y los organismos de defensa le dispararon a las 5:30 de la mañana, en la carretera, causando su muerte inmediata. El Ejército también retuvo de manera ilegal al comunero Rigoberto Pencue, del mismo resguardo, quien también se dirigía al resguardo.
Después de los hechos, se convocó a una asamblea extraordinaria exigiendo verdad y justicia que permita castigar a los responsables de la muerte de Bastidas, y que Pencue sea reparado, su familia y la comunidad por los derechos vulnerados y que se pueda garantizar la no repetición.
La comunidad pide al pueblo colombiano, a las autoridades indígenas y a las organizaciones sociales que el crimen no quede impune. “Compañeros han caído pero no nos vencerán porque por cada indio muerto otros miles nacerán”, relatan las autoridades indígenas de los resguardos indígenas de Santa Rosa, San Andrés, Yaquivá, Calderas y las demás autoridades indígenas del municipio.