Hace algunos años -ocho o siete aproximadamente- me encontraba viendo una película bélica, de esas que al final pueden dejar a muchos espectadores medio mareados, y mi abuelo me interrumpió antes del final de la misma diciendo: "Usted por fin ve una película buena, con mucha bala -porque no me llaman mucho la atención las películas de acción- pero aquí le traigo una de la que no se va a olvidar.". Y saco de una bolsa negra -que probablemente le habían dado en el sitio de la compra- tres películas en formato DVD, todas con algo en común marcada en su cara: Mad Max.
Corrimos junto al agente Rockatansky en cada uno de los films, de la manera que al final hasta sentimos el dolor de la muerte de su familia, desde el escape del NightRider -en la primera entrega- hasta el desamparado final de Max Rockatansky -tercera entrega-. Tal como lo dijo mi abuelo, tenía ante mi una obra de arte, una película que jamas olvidaría, no solo por sus escenas cargadas de acción, sino también por su contenido, y la -magnífica- actuación de Mel Gibson. Un héroe era ese Max, pero a este a diferencia de otros: sí le hacían daño las balas, los golpes y sufría como cualquier humano, creo que ese es el éxito de la película.
Luego, por su puesto, llegaron más películas de acción que vi -con la esperanza- que superaran, así fuera en mínima proporción, las desventuras del agente Rockansky. Me crucé con remakes, y nuevas sagas como las de Batman y Total Recall, con la continuación de otras sagas como Rápido y Furioso, o su -disculpan los seguidores- pésima copia: Need For Speed. Pasaron películas, pero la superación a ese futuro -no tan distopico- que nos presentó Mad Max, no llegaba.
Ahora puedo decir que no superaré a Max. Hace no más de una semana presencié el regreso del 'loco Max' a la autopista, esta vez para acabar con el Inmortal Joe y sus Warboys. Cargada de acción, de inicio a fin; cargada de esa esperanza y desesperanza que trae consigo la búsqueda del cambio. "¡Mad Max recargado!" -dijo mi abuelo- cuando fue testigo del regreso Rockatansy, ahora encarnado por Tom Hardy, y la velocidad de la autopista, y cada uno de los individuos que por ella corren. Lo dijo con la misma emoción que cuando la vio años atrás -cuando tenia mi edad-. Le respondí: "No está recargado, es el inmortal Max".
@UnTalDuart