Mucha de la historia y esencia de la ciudad de Barranquilla, especialmente en sus inicios se han visto circunscrita a los caños. El comercio del detalle y el emplazamiento del mercado en el sector de "Barranquillita" se debe a que las mercancía llegaban en chalupas, bongos y champanes desde las otras periferias. Lo triste es que hoy día queremos darle la espalda a nuestras raíces y hasta algunos ilusos han sugerido rellenarlos. Vaya falacia tan desatinada... a esos caños le debemos nuestros inicios y muchas de esas industrias centenarias emplazadas en su periferia, los usaron como vías de aprovisionamiento de mercancías, materias primas y acceso para sus empleados.
Hicimos un recorrido reciente y entre muchas sorpresas descubrimos sin desplante alguno, que los caños de Barranquilla se encuentran en estado letárgico, yertos en una marasma diarreica y como receptores del vertimiento industrial de los poderosos vecinos insignes.
Cuando con el Padre Bernardo Hoyos recorrimos a pie el vecindario de Rebolo, un barrio tradicionalísimo de la ciudad y aportante de la abundante mano de obra que catapultó a las industrias, se encuentra uno con una micro urbe. El aforo gira alrededor de un parque reformado con unos inmensos eucaliptos susurrantes al viento estival, con olores dispersos y dulzones de las batatillas flotantes y con esculturas en honor a la vida, centros culturales y de deportes. Nada que ver con el recorrido que hice en mi infancia con mi padre cuando este mismo sitio era una pocilga de heces fecales humanas y una aglomeración de ranchos letrinosos. El alcantarillado de la ciudad vertía su pestilencia a los caños y estas gentes pobres convivían con la inmundicia por doquier.
Causa estupefacción y asombro percatarse a su sola vista que el caño de La Ahuyama, el confluente y mayor aportante de flujo fresco del sistema está empozado. ¿cómo es posible si no hace mucho se anunció con bombos y platillos la revigorización de los mismos por parte de la CRA y el Foro Hídrico?
Para todos es sabido que los caños poseen su discurrir o corriente inherente... es decir, esta es una característica sine qua non sin la cual el sistema está volcado a su perdición completa. Así como las heces flotan en este caño putrefacto flota otra pregunta: ¿por qué razón si estas obras propiciaron la sustentabilidad hídrica e hidrológica de los caños los dejaron colmatar? ¿No era acaso una de las obras banderas y dignas de mostrar en esta y la anterior administración de la alcaldía? Era sabido por razones técnicas que eran necesarias obras de mantenimiento para sostener el flujo de aguas y la sanidad del sistema de caños de Barranquilla.
Alrededor de unas zonas de esparcimiento y canchas de juegos, las cuales como inclemencia rebelde se levantan contra el infortunio que le causan a los moradores del lugar, presenciamos un vertimiento artero, indigno y abyecto de aguas industriales no tratadas devenientes de la empresa Curtiembres Búfalo. Hoy cualquier empresa instala un sistema de limpieza que recircule esas aguas y de paso reutilice el producto ahorrando una suma importante y al tiempo, beneficiando al sector circundante. Pero no aquí... en Rebolo la polución es frentera e insultante.
Las protestas de los habitantes en Rebolo son sutiles y elocuentes a la vez... ellos arborizan las riberas de los caños con limonares, palos de mango, guayabos y otras especies frutales. Ellos los riegan con agua de acueducto que traen a lomo propio desde sus casas... "Ni se le ocurra echarle agua del caño por que los mata" me espeta uno de sus habitantes... al otro lado de la orilla un Consorcio coloca árboles espinosos y semi-yertos que no necesitan riego y no dan sombra ni frutos.
Lo más desconcertante fue cerciorarnos que el producto de la relimpia y algo de profundización reciente la depositan en las mismas riberas del sistema fluvial. Sobra decir que esos detritus están supremamente contaminados con virus de hepatitis de índole diversa, bacterias como la Salmonella y otros peligrosos patógenos. Muchos de ellos se transmiten por el contacto con la piel.
El sistema de caños de la ciudad de Barranquilla urge de una valoración completa de su estado y orden y no de obras parciales. Es imposible seguir dándole la espalda y poner en la palestra fotomontajes donde alcaldes suelen navegar por los mismos. En las otras entregas entraremos a describir el orden del caos en el que se encuentran otras de las tantas ramificaciones de este sistema fluvial concordante con el río Magdalena.
Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Ing. MSc en Geominería