La posible llegada del general Luis Gilberto Ramírez a la dirección de la Policía Nacional le tiene las alarmas prendidas al general Óscar Naranjo, hoy Ministro Consejero del posconflicto. Ramírez viene, como Naranjo, de la inteligencia de la Policía, para muchos, donde está el verdadero poder de la institución. Allí han sido viejos rivales y cada uno tiene fichas activas dentro de la división. Recién elegido, el presidente Santos se lo llevó a trabajar a su lado como jefe de la seguridad de la Casa de Nariño. Allí lo tuvo cerca durante el primer año hasta que fue nombrado como agregado en la embajada de Londres, con lo que se confirma su cercanía con el jefe de Estado y las altas posibilidades de que asuma la comandancia de la policía en remplazo de Palomino. Seguramente, el general Naranjo no se quedará quieto y moverá todos los hilos para evitar este nombramiento.
