"Saúl, hermano" es una de las frases de película más recordadas por los colombianos. Como la línea más repetida de Enrique Carriazo en 'La Pena Máxima', marcó un hito en el cine y convirtió al filme en uno de los más importantes en la historia del país. Veintitrés años después, sigue siendo un referente y, como ya es habitual, Dago García decidió apelar a la nostalgia para lanzar su secuela. 'La Pena Máxima 2' se estrenará este 25 de diciembre en todas las salas de cine del país y Las2orillas tuvo la oportunidad de ir a la premier.
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¿De que trata 'La Pena Máxima 2', la secuela de la famosa película colombiana?
Si lo que busca es una película que lo haga olvidarse del estrés cotidiano o, simplemente, le ayude con el guayabo de la Nochebuena, 'La Pena Máxima 2' es una opción más que recomendada. Protagonizada por Santiago Alarcón y Biassini Segura, dos referentes de la comedia en Colombia, el largometraje no solo cumple en entretención, sino en calidad. Con una producción que no escatimó en gastos, el filme muestra escenarios tan básicos como la sala de una casa, hasta sendas locaciones como un estadio de fútbol, y tiene un ritmo que logra desesperar hasta al más tranquilo.
La premisa es la misma que se ve en la primera película, la de un hombre que deja toda su plata en manos de la selección Colombia. Sin embargo, la razón es muy diferente, pues en este caso el protagonista apuesta el dinero para cumplir el sueño de su adorada hija, que quiere tener una luna de miel bastante lujosa. Hasta ahí, todo parece básico, pero resulta que la hija es la prometida del goleador de la tricolor, lo que lleva a Aberlado y Raúl, los personajes de Alarcón y Segura, a adentrarse, incluso, en el mundo de los amaños deportivos.
La propuesta no tiene un trasfondo importante ni mucho menos, pero eso sí, representa muy bien la cultura colombiana en el tema deportivo, religioso y hasta en el tema de la trampa. Como las comedias de Dago, su objetivo es entretener y no hacer una crítica a la realidad, y si se mira desde ese punto de vista, lo cumple a cabalidad. Durante las 2 horas del largometraje las risas son aseguradas y, al final, se siente un alivio después de la odisea que pasan los protagonistas, una producción que no se puede comparar con su antecesora, pero que dentro de las diferencias también resulta ser muy interesante.
Es más, sus protagonistas hablaron y esto nos contaron sobre sus propias "penas máximas" y su experiencia de trabajar en la producción:
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