Casi dos años y medio han alcanzado a estar paralizadas las obras del Aeropuerto del Café, una obra que prometía conectar al Eje Cafetero con el resto del país y que por cuenta de los incumplimientos de una constructora extranjera dejó a los habitantes de la región y particularmente a los de Palestina, Caldas, viendo un chispero. El presidente Gustavo Petro se había comprometido desde temprano en su gobierno a sacarlo adelante y, aunque hasta ahora no había sido posible, finalmente el proyecto recibió luz verde para que en 2025 comience a ser una realidad.
El anuncio se dio el pasado 19 de diciembre durante la visita del Presidente al pequeño municipio de Caldas. Hasta allá llegó acompañado por la directora del Dapre, Laura Sarabia; por su ministro de las TIC, Mauricio Lizcano y por su ministra de Transporte, María Constanza García, siendo esta última la encargada de trazar la hoja de ruta de la obra que finalmente aseguró los recursos necesarios para su construcción.
Acompañado también por el gobernador Henry Gutiérrez Ángel, el mandatario confirmó que la inversión para el aeropuerto será de $828.400 millones, $741.151 millones de los cuales son provenientes de la Nación (algunos ya habían sido aportados) y $87.272 millones del Departamento de Caldas, el Municipio de Manizales, Inficaldas, Infimanizales y la Asociación Aeropuerto del Café.
De igual manera, se dio a conocer cuál será el cronograma para la construcción de la obra, cuya licitación se abriría en mayo de 2025 para cerrarse en agosto de ese mismo año, cuya construcción arrancaría en 2026 y cuyas obras finales, incluyendo la pista de aterrizaje, serían entregadas en 2028. De igual manera, según el medio local La Patria, una de las constructoras interesadas sería la CHEC, que hoy en día es la encargada de sacar adelante la Primera Línea del Metro de Bogotá.
¿Qué había pasado con el Aeropuerto del Café?
Originalmente, la constructora encargada de la construccción del aeropuerto era la española Obrascon Huarte Lain S.A. (OHLA), misma que está detrás del polémico Museo de Memoria de Bogotá. Se les adjudicó el contrato en 2021 y, para julio de 2022, cuando ya llevaban un año al frente de la obra el avance era de apenas el 7,82%. Entonces, la exministra de Transporte, Ángela María Orozco, decidió suspender unilateralmente el contrato y tras un arduo pleito legal, la constructora fue obligada a pagar una millonaria multa que ascendió a casi $2 mil millones.
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