En un hecho muy significativo que un número plural de los medios de comunicación escrita de Colombia y sus directores se unieron para, en un mismo editorial, resaltar la importancia de salvaguardar las condiciones que aseguran la libertad de prensa. Ese es un liderazgo que todos, sin distingo, debemos acatar y rodear. Buen momento, entonces, para reiterar ese derecho respecto de la manera como los demócratas vemos la sociedad. Sigamos en ello lo que la CIDH nos ha enseñado:
La libertad de expresión es requisito para una sociedad democrática e implica el respeto y la protección de la libertad, garantizar el libre intercambio de las ideas y fortalecer la participación y el escrutinio respecto de las acciones de los funcionarios públicos. Involucra manifestaciones a través de medios de comunicación y cualquier otra expresión artística, cultural, social, religiosa.
Con la igualdad de oportunidades para recibir, buscar y difundir información, por cualquier medio, seapunta a que toda persona cuente con las mismas oportunidades, para fundar medios, acceder al apoyo estatal, a pauta pública, a la información pública y a divulgar información y opiniones.
En el libre acceso a la información pública, cualquier persona debe tener la posibilidad material, de acceder a la información que esté en poder del Estado. Con ello, se garantiza la transparencia y la publicidad de los actos de gobierno y el control ciudadano a sus acciones.
La joya de la prohibición de la censura se asegura, si y solo si, se evita (i) censura previa, entendida como el control de la información antes de ser difundida, (ii) la interferencia a la libre circulación de información e ideas; y (iii) la presión directa o indirecta que corresponde a la fuerza moral o influencia ejercida sobre un medio o periodista para condicionar su comportamiento.
Sin colegiaturas obligatorias, títulos o conductas éticas impuestas: Toda persona tiene derecho a comunicar sus opiniones, por cualquier medio y forma. Y, si bien el periodismo debe regirse por severas líneas éticas, en ningún caso deben ser las impuestas por el Estado.
Las ideas sin condicionamientos, que implica que nadie tenga el poder de de exigir previamente examenes de veracidad, oportunidad o imparcialidad, para así evitar que exista un poseedor de una “verdad única e incuestionable.”
Protección y seguridad para la Libre circulación de ideas, de modo que quienes lo ejercen estén libres de intimidación o amenazas debido a esa actividad.
La Pluralidad y diversidad de medios, en las asignaciones de radio y televisión que se deben hacer en consideración de criterios democráticos que garanticen una igualdad de oportunidades en su acceso y que los recursos de la hacienda pública, la concesión de prebendas arancelarias, no se haga de modo arbitrario o discriminatorio.
Sea entonces el momento de agradecerles, a los medios de comunicación de Colombia, sus directores y a todos los comunicadores, ofreciendo para ellos la dedicatoria de Voltaire: "Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo."
Del mismo autor: En cuestión de iguadad, las acciones hablan más que las palabras