No se sabe quienes están más preocupados con los resultados de las más recientes encuestas sobre preferencias para las elecciones presidenciales. Si a los que les va bien o a los que les va mal.
Claudia López es una de las que debe estar atormentada. Y es que en la más reciente encuesta, realizada por la firma Invamer, la exalcadesa de Bogotá apenas marca un 5 % de intención de voto.
Aunque las preferencias están muy repartidas, debido a la cantidad de potenciales candidatos que hay, ese resultado sorprende por lo bajito. Porque en el papel la exmandataria bogotana partía como una de las favoritas para la próxima contienda presidencial.
Sin duda, los rumores que han puesto a rodar sus enemigos, según los cuales Claudia es la carta tapada de Petro, la están perjudicando. Porque la gente no quiere nada que tenga que ver con el actual presidente.
A los que tampoco les va bien es a los precandidatos uribistas. Miguel Uribe y María Fernanda Cabal apenas alcanzan el 3 % de la intención de voto. La cosa es grave sobre todo para la Cabal, cuyo reconocimiento es alto y quien esperaba que la gente, ante el fracaso del gobierno Petro, volteara a ver hacía ella.
Pero algo que parecen estar reflejando estas investigaciones es que la gente está cansada de los extremos y que no quiere ver en el Palacio de Nariño, a partir del 2026, a un incendiario izquierdista como Petro, pero tampoco a alguien que represente la extrema derecha, como la Cabal.
Esa percepción queda corroborada con el hecho de que quien encabeza la encuesta de Invamer es Sergio Fajardo, alguien que muchos perciben como tibio y otros como un político de centro-centro.
Fajardo registra el 14,5 % de la intención de voto y la única que se le acerca es Vicky Dávila que suma un 13,1 %. El tercero, que es Gustavo Bolívar está muy rezagado, con un 8,9 % de las preferencias.
Lo que no creo es que Fajardo esté muy feliz con ese resultado. Si esta fuera una carrera de 100 metros, el resultado será muy beneficioso para él. Pero esta carrera es de 800 metros, con obstáculos, y arrancar punteando no siempre es bueno.
De hecho, hace cuatro años el exalcalde de Medellín también empezó liderando las encuestas y poco a poco se fue desinflando.
Para cualquier candidato es un problema encabezar las encuestas con tanto tiempo de anticipación. Lo más difícil para un político es mantener ese favoritismo.
Ignoro qué le estarán recomendando sus asesores. Pero cualquier camino es riesgoso. Si se muestra mucho, se desgasta. Y si no se muestra su nombre se desvanece.
El asunto es especialmente complicado para Fajardo por esa fama que tiene de no asumir posiciones. Si mantiene esa tibieza muchos buscarán otras alternativas. Y si se pone muy pugnaz, se verá artificial porque él no es así. Con lo cual es posible que también pierda puntos.
Gran dilema el que enfrenta Fajardo. Tendrá que actuar estratégicamente para mantenerse en la punta de las encuestas. Y de cara a las elecciones considero que tiene que buscar una fórmula vicepresidencial que tenga lo que él no tiene.
Es decir, que sea espontáneo, irreverente, frentero, divertido y conecte fácil con el ciudadano del común. Ahí es donde puede entrar a jugar un nombre que es muy cercano al político antioqueño y que reúne todas esas cualidades.
Fajardo tendrá que buscar una fórmula vicepresidencial que sea espontáneo, irreverente, frentero, que conecte con el ciudadano. Un Maurice Armitage
Se trata de Maurice Armitage, quien esta semana, en el espacio Bravo y Breve con Martillo, destapó su intención de lanzar su candidatura a la Presidencia. Armitage advirtió en esa entrevista que postula su nombre para ver si sus aspiraciones cuajan.
En su lenguaje coloquial, el exmandatario caleño afirmó: “Yo pongo a sonar mi nombre a ver si la piscina se calienta. Y solo me lanzo si veo que esa piscina tiene la temperatura suficiente, porque si está muy fría y me tiro a ella de pronto me encalambro y me ahogo”.
Maurice, por ese estilo desparpajado y ese lenguaje directo se convirtió en un fenómeno político en Cali. Pero una cosa es conectar con los habitantes de la capital del Valle, con ese caleñol que maneja Maurice y otra cosa es llegarle al resto los colombianos.
Algo que debe tranquilizar a Fajardo es que sus posibles contrincantes, al menos los cuatro que aparecen detrás de él en la encuesta de Invamer, Vicky, Bolívar. Claudia y Germán Vargas Lleras comparten un mismo problema: todos son ampliamente conocidos.
Eso significa que el margen de crecimiento de este cuarteto no es muy grande. El problema para Fajardo es que él también está en esa situación.
Ese panorama es muy favorable para la aparición de un “outsider”, es decir de alguien que esté fuera de la política y cuyo reconocimiento es relativamente bajo, pero que pueda conectar con los votantes y crecer muy rápido.
Por ello es bastante probable que el próximo presidente de Colombia no sea ninguno de los miembros de ese top 5 que revela la encuesta de Invamer.
Lo cierto es que entrando en el nuevo año las elecciones presidenciales no se verán tan lejos. El tiempo dirá si Fajardo logra mantener el favoritismo que tiene ahora, si lo supera alguno de sus perseguidores o si de aquí a mayo del 2026 aparece un nombre que represente lo que los colombianos quieren: un cambio de 180 grados frente al radicalismo demencial que padecemos, pero sin irse al otro extremo.