Davivienda y Seguros Bolívar consideraron de suma relevancia incluir este gran nombre dentro de su colección homenaje a los Grandes Maestros del Arte Colombiano, una recopilación que lleva más de 20 años destacando la vida y obra de grandes maestros y artistas que han dejado huella en la historia del arte colombiano.
Este año el homenaje será para Abel Rodríguez (Mogaje Guihu), Hijo del pueblo Nonuya, nacido en el río Igara Paraná en 1941. Su familia lingüística es el bora, una de las cinco lenguas en peligro de extinción en Colombia.
Abel se ha convertido en uno de los artistas indígenas más reconocidos del mundo en la actualidad. Su obra se ha presentado en importantes escenarios del circuito internacional del arte contemporáneo, tales como la Bienal de São Paulo (2016), Documenta 14 en Kassel (2017), la Bienal de Arte de Toronto (2022), la 23 Bienal de Sidney (2022), la Bienal de Gwangju en Corea (2023) y la Bienal de Venecia (2024). En 2014, recibió el prestigioso premio Príncipe Claus, otorgado por los Países Bajos por su obra y su especial conexión ancestral con la naturaleza, como conocimiento fundamental para la cultura global. Así mismo, su trabajo forma parte de la colección de la Tate Modern, en el Reino Unido, y de reconocidas instituciones como Cornell University y Kadist Foundation.
Desde su formación temprana fue designado como “El nombrador de plantas”, un término que identifica a alguien que conoce y maneja con profundidad las especies vegetales de la selva, sus propiedades medicinales y las relaciones con las especies animales.
La selva amazónica representa el ecosistema con la mayor diversidad de plantas del planeta y, a primera vista, entender cada una de ellas parece imposible. Sin embargo, los expertos indígenas han desarrollado una enorme capacidad para acercarse al mundo de las plantas desde la mitología y mediante el establecimiento de sistemas de clasificación y taxonomía locales. Este conocimiento botánico se revela a través de la vida del maestro Abel Rodríguez, quien aprendió, por medio de una estricta disciplina y de la tradición oral de su comunidad, el conocimiento ancestral y las habilidades de observación que le permiten distinguir los más mínimos detalles que diferencian una planta de otra.
Durante más de una década, el maestro compartió su conocimiento con académicos y botánicos occidentales, e incluso fue guía para estudiantes e investigadores de la Amazonia colombiana. En los años noventa, la familia de Abel salió huyendo del conflicto armado interno y abandonó La Chorrera, su territorio nativo, para asentarse en Bogotá. Con el fin de preservar su legado, el maestro comenzó a dibujar su conocimiento botánico para transmitir su cosmovisión, no solo sobre la selva, sino también sobre la condición humana.
En esta publicación del Grupo Bolívar Davivienda se presenta una extensa y completa recopilación de su trabajo, mediante un recorrido visual hecho de manera cronológica desde 2006 hasta la actualidad. Aparecen también en este libro una entrevista con la voz del maestro; un ensayo interpretativo del curador del Hammer Museum, Pablo José Ramírez; un poema de la escritora y poeta mexicana Gabriela Jáuregui, y un texto del director de Tropenbos Colombia, Carlos Rodríguez. Adicionalmente, este documento se enriquece con las historias del “Mito de la creación” y el “Mito de la abundancia”, de la cosmogonía nonuya, narradas por Wilson Rodríguez (Aycohobo), hijo de don Abel y heredero de su legado.