El caso de Procomercio y la remodelación del San Martín en Bogotá, ilustra un proceso complejo de transformación urbana, dificultades financieras y disputas legales. La suerte les cambio cuando la empresa consolidó nuevos contratos con entidades gubernamentales.
La historia del Hotel Hilton
El Hotel Hilton fue por décadas una referencia en el centro de Bogotá, localizado casi que al frente del emblemático Hotel Tequendama. Su penthouse se utilizó para celebraciones y eventos políticos; allí se reunió el candidato liberal Alfonso López Michelsen, su familia y copartidarios a esperar los resultados electorales de las elecciones presidenciales, en las que resultó vencedor el conservador Belisario Betancur en 1982.
La zona del centro de Bogotá se deprimió y empezó el boom de los hoteles en el norte, con lo cual se planteó una reubicación de la cadena Hilton con un cambio de nombre incluido. En el momento se buscó utilizar los edificios de la Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional (Casur). Se trataba de darle un nuevo uso a las dos torres de la Casur.
Los edificios de la Casur
Cuando la Casur necesitó rentabilizar las inversiones de la entidad mandó diseñar un edificio. El arquitecto escogido para la tarea fue Fernando Martínez Sanabria, quien realizó los planos en 1960. Diez años después, en 1970, la Casur pudo ver la inauguración de su rascacielos. En 1972 la Caja arrendó el inmueble a la cadena Hilton. El arraigo de la multinacional en el lugar, le generó a los capitalinos una asociación entre el Hotel Hilton Bogotá y los edificios del San Martín.
Pasó el tiempo, el Hilton abandonó el sitio y la infraestructura volvió a manos de la Casur. En un periodo de 17 años, el San Martín no tenía una actividad importante. En 2004 una firma realizó un contrato de arrendamiento con la Casur. La organización mencionada se llama Promotora de Comercio Inmobiliario (Procomercio), que tenía de representante legal a Jean Guy Moggio Magaud. El negocio derivó en un pleito.
Procomercio fue fundado el 18 de marzo de 2003, tenía actividades dedicadas a la administración, remodelación y adecuación de inmuebles. Dos figuras claves en la historia de Procomercio son Jean Guy Moggio Magaud y Giovanni Mauricio Vargas Uribe. Fue Jean Guy Moggio quien lidió la relación entre la sociedad y la Casud. Sin embargo, la relación no siempre fue amistosa.
La prueba de fuego de la constructora Procomercio fue el proyecto arquitectónico de la Casur. Una iniciativa de renovación urbana que se convirtió en el complejo San Martín, que incluye los dos edificios y un centro comercial.
La remodelación del San Martín
La Promotora de Comercio para materializar las obras de modernización del edificio invirtió un total de $145 mil millones. El dinero se distribuyó entre las dos torres y el centro comercial. La parte más complicada para la firma fue la adaptación de los locales. En el lugar pasaron varias marcas; no obstante, no lograron consolidarse. En otras palabras, los ingresos por arriendos no duraron mucho, dejando a Procomercio en una situación complicada por gastar en remodelaciones y no tener entradas del mismo orden.
A la problemática de los arriendos se sumó el avance de las obras. La modernización de la infraestructura del San Martín devoraba las cuentas de Procomercio. La situación llegó a ser crítica. El administrador de la Javeriana, Jean Guy Moggio, tocó puertas en la Supersociedades para poder entrar a la ley de quiebras. En la documentación de la entidad gubernamental se enseñaron incumplimientos contra varios acreedores por un valor de $17.327.469.819, las mismas representan más del 10% del pasivo a cargo de la sociedad.
Por ser tan compleja la situación de la compañía, se levantó una disputa contra la Casur. Procomercio quería una cifra cercana a los $162.000 millones. La razón de la demanda consistía en los gastos hechos en el San Martín. La Caja de Sueldos no quería pagar ni un centavo, ya que no consideraba su responsabilidad los negocios hechos por la constructora. La disputa pronto pasó al olvido.
La recuperación y los nuevos contratos
La situación cambió a favor de La Promotora de Comercio Inmobiliario (Procomercio). Con el gobierno de Petro llegaron varios contratos importantes. La victoria más grande fue salir del problema del San Martín; no obstante, los jueces fallaron a favor de la Casur.
Una victoria de Procomercio fue lograr arrendar los edificios del San Martín. En el sitio está presente el Departamento de Prosperidad Social, entidad bajo la dirección de Gustavo Bolívar. El contrato firmado fue por $42.319.500.342. No fue su único éxito, otras entidades pronto buscaron los servicios de la organización, como el Ministerio de Agricultura, la Sociedad de Activos Especiales (SAE), el Centro Nacional de Memoria Histórica, y la Secretaría Distrital de Integración Social, entre otros.
Los montos alcanzados con diferentes entidades gubernamentales dan un total de $137.408.388.297. En el camino, Jean Guy Moggio dejó de ser el representante legal, su reemplazo fue Giovanni Mauricio Vargas Uribe, quien a su vez fue reemplazado por Javier Alfonso Rodríguez Obregón. La constructora Total Co. Empresa fue seleccionada por Acción Social Fiduciaria para relanzar el proyecto. El cambio del San Martín quiere ser repetido en el Bacatá
Giovanni Mauricio Vargas es un abogado que se asoció al nombre de la empresa Total Co no obstante, renunció a su rol de gerente en 2019. Aunque su nombre se relaciona con el Bacatá y su relanzamiento. El cambio logrado en el San Martín busca ser repetido en el Bacatá.
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