Milonga de Albornoz

Milonga de Albornoz

El libro Para las seis cuerdas de Jorge Luis Borges contiene once poemas o letras para milongas, que como lo indica el título, deben ser acompañadas por guitarra.

Por: Laura Cecilia Bedoya Ángel
diciembre 04, 2024
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Milonga de Albornoz

El libro Para las seis cuerdas de Jorge Luis Borges contiene once poemas o letras para milongas, que como lo indica el título, deben ser acompañadas por guitarra. Figura en la lista Milonga de Albornoz, que también fue invitada con música de José Basso a Los 14 con el tango,  La epopeya de Ben Molar.

 Dice Borges “En el modesto caso de mis milongas, el lector debe suplir la música ausente por la imagen de un hombre que canturrea, en el umbral de su zaguán o en un almacén, acompañándose con la guitarra. La mano se demora en las cuerdas y las palabras cuentan menos que los acordes.

He querido eludir la sensiblería del inconsolable “tango-canción” y el manejo sistemático del lunfardo, que infunde un aire artificioso a las sencillas coplas”.1

Los lectores de Borges y los estudiosos del tango saben que el gusto del autor estaba dirigido a las milongas por la vivacidad de su ritmo y porque las consideró una de las conversaciones de Buenos Aires, además del juego del truco que  también es otra de ellas.

“Alguien ya contó los días.

Alguien ya sabe la hora.

Alguien para Quien no hay

ni premuras ni demora. ...”

La idea del verso, “«Alguien para Quien”, y el hecho de escribir la mayúscula en “Quien” indica una referencia a Dios, o al destino que fija la hora de la muerte sin “premuras ni demora”: con toda exactitud.»” 2 De otro lado, en el primer verso, el autor busca una manera distinta para decir que se tienen los días contados.

Alejo Albornoz era uno de los guapos de la Parroquia El Socorro, que Borges investigó para escribir el ensayo Evaristo Carriego. También en la entrevista que le hace César Fernández Moreno dice lo siguiente, “para a esta milonga lo único que hice fue cambiar la fecha. A él lo mataron en 1905, y en la Calle Santa Fe, una noche. Pero yo me di cuenta de que, como la poesía opera un poco con la connotación de las palabras, actualmente la expresión calle Santa Fe ha perdido todo valor.

En cambio, yo puse esta milonga en una esquina del sur. Aunque Alejo Albornoz era un hombre del norte, del barrio del Retiro. Pero sé que lo atacaron, lo mataron entre muchos, y él se defendió. Yo puse “en una esquina del sur” porque actualmente la palabra “sur” da el ambiente que tendría por aquellos años la calle Santa Fe.”3

La mañana de este día

de los ochocientos noventa;

en el bajo del Retiro

ya le han perdido la cuenta ...”

Se la tienen bien jurada

más de un taura y más de un pillo;

en una esquina del sur

lo está esperando un cuchillo. ...”

Otro de los versos renombrados de Borges en las milongas, como en la de Manuel Flores*, retumba cuando se recita o se canta esta pieza musical:

 Alejo albornoz murió

 como si no le importara...”

El escritor hace una reverencia al arrojo del hombre que no le teme a la pelea, ni al uso del cuchillo, puesto que muchos de ellos se empleaban en oficios afines a la daga, como los carniceros o los matarifes de ganado. En el momento de la lucha se piensa en el honor y la fama de valiente, mas no en la idea de que sólo se vive una vez. Por lo tanto, los versos anteriores, acuñan lo más sobresaliente de la letra de esta milonga.

Pienso que le gustaría

saber que hoy anda su historia

en una milonga. El tiempo

es olvido y es memoria.”

La milonga termina con dos de las palabras más afines al pensamiento de Borges, el olvido y la memoria; con respecto a la última es bien coherente porque la sustancia de su poema “El tango” recorre pasajes de uno de los personajes del tango, el compadrito, con sus distintos matices.

“Compuestas hacia mil ochocientos noventa y tantos, estas milongas hubieran sido ingenuas y bravas; ahora son meras elegías”, afirmación del autor.

Acompañada del deseo casi infinito de estudiar el libro Para las seis cuerdas, convertido en elegía, donde se recuerda el tiempo y la costumbre de un lugar en el que el tango le cantó al coraje, termino el artículo con la siguiente estrofa:

No un cuchillo sino tres

antes de clarear el día,

se le vinieron encima

y el hombre se defendía. ...” 

1-Borges, Jorge Luis. Para las seis cuerdas. Obras completas II: edición crítica I; comentado por Rolando Costa Picazo. -1a ed.-Buenos Aires :Emecé editores,2010. Pág.577.

2-Ídem. Pág. 609.

3- Ibidem. Pág.608

*“Manuel Flores va a morir,

eso es moneda corriente;

morir es una costumbre

que sabe tener la gente. ...”

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