En 1936, con solo treinta años de edad, Arturo Uslar Pietri, escribió un editorial que que tituló: “Sembrar el petróleo”. En dicho escrito, Uslar Pietri hace la siguiente reflexión: “Esta gran proporción de riqueza de origen destructivo crecerá sin duda alguna el día en que los impuestos mineros se hagan más justos y remunerativos, hasta acercarse al sueño suicida de algunos ingenuos que ven como el ideal de la hacienda venezolana llegar a pagar la totalidad del Presupuesto con la sola renta de minas, lo que habría de traducir más simplemente así: llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable”. En 1997, Uslar Pietri afirmó: “Si en este momento, por azar infortunado del destino, los precios del petróleo bajaran de una manera importante en el mercado mundial, Venezuela sería un caso para la Cruz Roja Internacional. Aquí vendrían a repartir sopas en las esquinas”.
En realidad, el petróleo nunca se llegó a sembrar en Venezuela. Hace unos años, el estudioso de la obra de Uslar Pietri, José Rafael Revenga, afirmó: "Lo que estamos viendo en Venezuela es el fracaso de la siembra del petróleo porque el Estado acaparó todas las actividades del pueblo, de la gente, de la iniciativa de las personas y por eso nos encontramos donde estamos ahora. Eso no solamente se dio en los últimos 17 años (desde la llegada del chavismo en 1999) sino que viene de las últimas tres décadas”.
La tragedia de Venezuela no es solo el que jamás sembró el petróleo: es que desde que los chavistas llegaron al poder en 1999 se han dedicado sistemáticamente a destruir la industria del petróleo
La tragedia de Venezuela no es solo el que jamás sembró el petróleo: es que desde que los chavistas llegaron al poder en 1999 se han dedicado sistemáticamente a destruir la industria del petróleo. Esta recua de parásitos lo que ha logrado hacer es convertir en una realidad los enormes temores de Uslar Pietri de “llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable.”
El próximo 10 de enero se debe posesionar en la presidencia de Venezuela Edmundo González Urrutia. Desgraciadamente para todas las democracias liberales del mundo, muy probablemente esto no va ocurrir y el régimen dictatorial y corrupto de Nicolás Maduro se va a perpetuar en el poder. Y si bien es casi una certeza que ni EE.UU, ni la Unión Europea, ni la mayoría de las democracias de América Latina van a aceptar a Maduro como presidente, es una incógnita lo que vaya a hacer el gobierno de Petro. El autor de esta nota teme que Petro y el canciller Murillo van a hacer un gesto estrafalario e irrelevante de no asistir a la posesión de Maduro, pero que mediante un argumento mendaz de que las elecciones en Venezuela se llevaron en medio de un bloqueo de EE. UU, Maduro puede continuar en el poder. El Gobierno de Colombia puede llegar a cohonestar el monumental fraude perpetrado por los chavistas el pasado 28 de julio. ¡Ojalá esté equivocado!
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Apostilla: En un nuevo capítulo del vergonzoso “usted no sabe quién soy yo”, en días pasados Renson Jesús Martínez, gobernador de Arauca, intervino en el procedimiento para el cierre de una discoteca, amenazando a un mayor de la Policía con ir hasta las últimas consecuencias. El matoneo, o bullying, en Colombia no parece dar tregua.