Uno de las zonas con más biodiversidad, no solo de Colombia sino de todo el mundo, es el Valle del Cauca y prueba de ello son las más de 800 especies de aves, más de 500 especies de peces y más de 5.000 plantas que allí coexisten, algo que le permite ser uno de los mejores, sino el mejor, departamento para los amantes de la naturaleza. Allí se encuentran ubicados más de 100 parques y reservas naturales, siendo los Farallones el más grande y reconocido de todos. Sin embargo, hoy le vamos a hablar de la Reserva Natural Nirvana, un importante destino turístico con una gran cantidad de actividades para hacer.
Se trata de un espacio de 100 hectáreas del que se habló bastante durante las últimas semanas gracias a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), la cual la propuso como uno de los 11 lugares para visitar durante la COP16 que se llevó a cabo en la ciudad de Cali. Está ubicada en el corregimiento de La Buitrera, a unos 10 minutos de Palmira, la capital agrícola de Colombia y cerca también de Pradera, otro importante municipio del departamento.
La Reserva Natural Nirvana cuenta con cerca de 8 kilómetros de senderos perfectos para los aventureros y los amantes de las caminatas, quienes tendrán la posibilidad de ver una gran cantidad de aves, flores y hermosos paisajes, así como respirar aire puro y ser uno con la naturaleza. Además, si por algo se destaca este lugar es por su mariposario, en el que se exhiben diversas especies de este bello insecto.
De igual manera, cuenta con un restaurante en el que se ofrecen deliciosos platos típicos de la región, cuenta con un imponente mirador donde puede tomar increíbles fotografías llamado el Mirador de los Vientos y le da la posibilidad a los más arriesgados de practicar deportes extremos como el parapente. Su entrada full tiene un costo de $20.000.
De finca cafetera a reserva natural
Hasta antes de 1986 Nirvana no era una reserva, sino una importante finca cafetera que tuvo que reinventarse a causa de la roya, un hongo que terminó acabando con todos los cultivos. Entonces, la familia Botero, con Federico Botero Ángel a la cabeza, que ya había comprado el terreno desde 1968, decidió darle un giro de 180 grados. Reforestaron el lugar y lo convirtieron en un espacio para preservar la fauna y la flora que se terminaría convirtiendo en la famosa Reserva Natural Nirvana, un destino obligado en el Valle del Cauca.
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