VIDEO. Cara a cara con la salud. La fiebre amarilla es una enfermedad muy severa que viene creciendo en diferentes lugares del mundo, Entre otros países de Latinoamérica. En Colombia entre los años 2019 y 2022 no se presentó ningún caso de fiebre amarilla, en 2023 tuvimos por primera vez en varios años tres casos de fiebre amarilla. Pero lo más preocupante es que en el año 2024 llevamos 59 casos, de los cuales se han confirmado 10 y 21 se encuentran en estudio según las estadísticas del propio Instituto Nacional de salud. Cinco colombianos han fallecido con una letalidad del 50 % lo cual indica la severidad y la gravedad de esta enfermedad.
Colombia había trabajado durante muchos años en estrategias de contención contra la enfermedad de una manera absolutamente exitosa. Hoy tenemos un departamento supremamente afectado, el departamento del Tolima y en estos últimos días hemos tenido el reporte de afectaciones también muy importantes en 12 municipios del departamento de Santander. Esto indica que existen seguramente otros departamentos del país donde la enfermedad se ha venido extendiendo de manera relevante.
Esta semana el profesor Luis Jorge Hernández de la Universidad de los Andes entregaba una estadística de la baja cobertura de vacunación que tenemos en la población susceptible de 1 a 59 años, con solamente un 63 % de cobertura que debería estar en el 75 %. Si se suma ala fiebre amarilla con los fenómenos que hemos tenido en el año pasado de crecimiento inusitado, paludismo, malaria y dengue tenemos una situación de salud pública realmente preocupante.
El gobierno está haciendo esfuerzos muy limitados y que debe imponerse una acción muy sólida fuerte y un plan verdadero de contención contra enfermedades tropicales. En los municipios susceptibles deben ejecutarse acciones de prevención y ahí uno se pregunta cuál es la efectividad de los tan mentados equipos extramurales que se han venido impulsando, en los que los colombianos y el gobierno nacional hemos gastado muchos millones de pesos en eventualidades tan absolutamente prevenibles y trabajables desde la comunidad. Las asociaciones de salud pública hoy aparecen sospechosamente calladas frente a un evento de esta naturaleza.