Desde hace algunos años, se ha discutido la posibilidad de que la selección colombiana de fútbol dispute los partidos amistosos y eliminatorias en diversas ciudades del país, lo cual es de gran valor, ya que fomentaría la integración nacional y reduciría la polarización política generada en los estadios, así como la violencia física, incluyendo el uso de armas blancas y contundentes.
El gobierno nacional debería intervenir en los procedimientos implementados por los organizadores del espectáculo futbolístico, quienes, entre otros, se inmiscuyen arbitrariamente en el programa de seguridad pública y en otras áreas sin el control de las instituciones competentes, es decir, actúan en contra de los derechos de los demás, infringiendo las disposiciones vigentes.
En la situación actual, el resto del país también desea que la selección colombiana de fútbol juegue en sus respectivas ciudades. Esto sería de gran importancia, ya que somos un estado unitario, por lo que todas las regiones tienen derecho a presenciar en vivo a su selección nacional, lo cual contribuiría a un profundo amor por nuestra patria.
Los beneficios económicos que el Distrito de Barranquilla ha otorgado a la Federación Colombiana de Fútbol han sido significativos. Por esta razón, no desean que los partidos se desplacen a otras ciudades del país, donde se les exigiría el pago de impuestos y no se permitiría el consumo de bebidas alcohólicas ni de sustancias alucinógenas como la marihuana en el estadio.
Los dirigentes de la federación de fútbol están desatando una intensa guerra psicológica para “ganar las mentes y los corazones”, haciendo creer a las personas que los habitantes del interior del país, o “cachacos”, son quienes pretenden llevarse la selección colombiana de fútbol a sus regiones. Sin embargo, se contradicen, ya que aproximadamente el 80% o 90% de los aficionados que se concentran en el estadio Metropolitano de Barranquilla provienen del altiplano colombiano.
La Federación Colombiana de Fútbol es una organización deportiva muy lucrativa, que no debería recibir prerrogativas. Si pagaron una millonaria multa por la condena a varios de sus directivos en el proceso de reventa de boletas para las eliminatorias de Rusia 2018, se puede deducir que este organismo posee un gran poderío económico, sin dificultad para pagar sus deudas adquiridas.
En términos generales, creo que llevar al equipo masculino a jugar en otras ciudades sería beneficioso. No es necesario que el estadio tenga gran capacidad de espectadores, sino que se permita a la afición ver a sus jugadores en vivo. Así, esta práctica deportiva se extendería por todo el país, involucrando a la niñez y fomentando el amor por este deporte. En efecto, contribuiría a impulsar el turismo y, por ende, al progreso económico local. Al fin y al cabo, la selección somos todos.