He leído con cuidado (y estupor) la larga letra de "+57" compuesta en colaboración por los reguetoneros Ovy On The Drums, J Balvin, Maluma, Ryan Castro & Blessd, a la cual se sumaron Feid & KAROL G y DFZM en la interpretación, como resultado de una iniciativa que buscaba, a través del indicativo telefónico nacional, darle una referencia clara de origen del producto. Buscaba dar a conocer "lo que somos capaces juntos" según JBalvin, y lo lograron.
La canción está compuesta por una intro, un pre coro, un coro que se repite 4 veces, 7 versos y una fuga final. La lirica hace referencia a una mujer que desde que era adolescente de 14 años está "mamacita", tiene una relación con un masculino que denominan “novio” o “dueño”, que influenciada por una amiga, a media noche apaga el celular, se maquilla y sale a bailar, y en el lugar denominado “disco” tiene acceso y consumo de sustancias ilegales.
Llama la atención que diga “Una mamacita desde los fourteen”. Han de haberse pensado la edad y deben haber estado asesorados legalmente para esta “obra” porque es la edad mínima del consentimiento sexual legal en Colombia. Y se creyeron a salvo, en el límite pero a salvo, jugando a la picardía en la dualidad de decir "desde los fourteen", cuando en el contexto general de la canción queda todo lo que pasa pegado al imaginario de la adolescente de 14 años. Les parece que 14 está bien, como bien la historia que sigue con la intervención de voces masculinas que narran sobre una mujer (¿menor de edad?) que es accedida en un estado de conciencia, ánimo y pensamiento alterado es decir, con un “libre consentimiento” viciado.
En un solo canal de Youtube, en Vevo, el video de esta canción cuenta con 15 millones de vistas en los cuatro primeros días. Un acierto comercial dentro de la industria del entretenimiento, que es el contenido más expandido por los medios de comunicación que dan eco pagado a este género, que en mi forma de ver, constituyen una apología sistemática a la violencia de género.
En la pobreza musical de esta pieza no me detendré, son tres acordes funcionando y un beat detrás, nada nuevo, más de lo mismo. El video de promoción de "+57" son los integrantes de esta super junta de élite, de fiesta en un estudio, algo aparentemente inofensivo, no importa que Dylan Zambrano, más conocido como DFZM, tenga solo 18, todo bajo la ley, aunque en el límite, "todo bien".
Pero de la violencia a través de la lírica, de lo que se dice, si quisiera hacer énfasis, porque al no existir ninguna reglamentación legal sobre edad de acceso al contenido y advertencia sobre a qué tipos de violencia visual se expone la audiencia, se da pie a que millones de niñas y niños estén expuestos a hacer una introspección naturalizada de lo que en sus letras el regueatton pregona.
¿Que es asunto y responsabilidad de los padres? Si y no, porque los niños y adolescentes son un asunto de responsabilidad social, como quien dice, de todos. ¿Que si no le gusta no la escuche, cómo respondieron Ryan Castro y Blessd? ¿Qué es libertad de expresión y libre desarrollo de la personalidad? Es cierto, toda persona tiene el derecho al libre desarrollo de su personalidad siempre que no viole los derechos de otra persona ni atente contra el orden constitucional o la ley moral.
Pero me pregunto ¿En qué y cómo contribuye a la consolidación de identidad y estructura de ideales, pensamientos y sentimientos este tipo de contenido, en especial para niños y adolescentes? ¿Si es un contenido dispuesto por las empresas multimillonarias que pagan a los medios para su divulgación, es tan libre lo que se elige para consumir?
Qué son cosas que pasan; que solo se cuenta lo que es real; qué para qué escandalizarse; que este tipo de cosas son parte de la expresión de la cultura popular… ¿En serio? Así como nos obligaron a nombrar “la cultura del narc0tráfic0” también tendremos que llamar a estas manifestaciones como la “cultura del reggaeton”?
“+57” si quiere ser marca nacional de algo, solo lo será del lado más oscuro de esta nación, el que justifica el "turismo sexual" con niños, niñas y adolescentes bajo la ley de oferta y demanda; el que le parece que los feminicidios son un divertimento de titulares de prensa; el que dice "ahh las también mujeres son violentas" como argumento justificante; ese que sigue sosteniendo el pensamiento que cobra vidas de cientos de mujeres y niños anualmente; que no les horrorizan las estadísticas de homicidios; ese que se endeuda para poner siliconas a sus hijas de regalo de 15; ese que alienta a las niñas para ser una KarolG como un ideal de superación…
La misoginia y el machismo de la obra de los cantantes masculinos participantes, ya es un sello, una marca personal. Pero quiero confesar que tenía algún atisbo de fe en la capacidad sorora de KarolG quien no se cansa de cantar el coro, una y otra vez, sin ningún cuestionamiento, es más, probablemente creyendo que este es un tipo de empoderamiento como mujer etérea, sin nombre, sin más historia que estar mamacita desde los 14, sin rostro pero sí con otras partes de su cuerpo expuestas, manoseadas hasta el cansancio en la letra.
Me quedo con una pregunta y es ¿Qué es lo que hace que en Colombia tengamos un grupo social amplio que se identifique con un conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales y afectivos que ponen al reggaeton como exponente cultural?
Que “la baby es mala pero inteligente, yeah”; “Que no la cartelean ni en el Q'hubo; “Que plata mata bonito” que “Colombia gang, gang, yeah”...
Y ellos ganan como siempre, ricos e impunes, beneficiarios de la audiencia sin importar el precio, influencers de la infamia. Pa' que pun, pa' que tin ¡Yeah!