La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos para el periodo 2025-2029 ha sembrado incertidumbre en muchos países, especialmente en América Latina. Para Colombia, el regreso de Trump a la Casa Blanca no es solo un tema de política exterior, sino una redefinición de las relaciones bilaterales en áreas clave como el comercio, la seguridad y la migración.
Aunque muchos temen lo peor, también existe la posibilidad de que Colombia encuentre nuevas oportunidades en este panorama cambiante. Es fundamental analizar los posibles impactos de este nuevo mandato y prepararse para lo que podría ser una etapa de tensión, pero también de adaptación y resiliencia.
El Comercio y la Política Económica: ¿Un Retroceso para el TLC?
Desde que en 2012 se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos, las relaciones comerciales entre ambos países han sido estratégicas. En 2021, las exportaciones colombianas a EE. UU. representaron el 27,8% de su total, destacándose productos como el café, las flores y el petróleo. Sin embargo, el regreso de Trump podría reavivar su política proteccionista, que prioriza los intereses estadounidenses por encima de las relaciones internacionales. En su primer mandato, Trump implementó tarifas arancelarias y medidas que afectaron no solo a países rivales, sino también a aliados tradicionales, como México y Canadá.
En este contexto, el futuro del TLC se vuelve incierto. Si Trump decide revisar o incluso anular acuerdos que no benefician directamente a Estados Unidos, los exportadores colombianos podrían enfrentar barreras más duras para acceder al mercado estadounidense.
Aunque Colombia ha diversificado sus mercados hacia Asia y Europa, la dependencia del comercio con EE. UU. sigue siendo relevante. Un retroceso en este frente podría generar un fuerte impacto en la economía colombiana, especialmente en sectores sensibles como la agricultura y el petróleo.
Una de las áreas más sensibles que podría verse afectada por el regreso de Trump es la migración. En su primer mandato, el presidente Trump implementó medidas restrictivas para frenar la inmigración irregular, incluyendo la construcción del muro en la frontera con México, la separación de familias y la cancelación de programas como el DACA, que protegía a los inmigrantes indocumentados traídos de niños. Esta política no solo afectó a los mexicanos, sino también a la numerosa comunidad colombiana en EE. UU., que supera los 1.5 millones de personas.
Si bien Trump podría intentar revisar su enfoque migratorio y buscar una reforma más estricta, también podría haber medidas de mayor persecución para quienes se encuentren en situación irregular. Las deportaciones masivas y la revisión de los programas de asilo podrían generar nuevos retos para los colombianos en Estados Unidos, quienes han sido parte activa de la economía y la cultura de ese país. Aunque la comunidad colombiana es una de las más integradas, los efectos de una política migratoria más dura podrían ser devastadores.
El narcotráfico ha sido, históricamente, una de las mayores preocupaciones en la relación Colombia-EE. UU. En el primer mandato de Trump, el presidente presionó fuertemente al gobierno colombiano para que intensificara la lucha contra los cultivos ilícitos y el tráfico de drogas. A pesar de los esfuerzos del gobierno colombiano para abordar este problema, con programas de sustitución de cultivos y programas de paz, Trump mostró poca disposición a comprometerse con enfoques más suaves o diplomáticos.
Con su reelección, es muy probable que Trump aumente las presiones sobre Colombia, exigiendo una mayor erradicación de cultivos de coca, lo cual podría generar tensiones internas.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Colombia tiene alrededor de 212,000 hectáreas de coca cultivadas, lo que representa una amenaza constante para las relaciones bilaterales. Si Trump decide retomar su política de fumigación aérea, podría reavivar la controversia sobre los efectos ambientales y sociales de estas medidas, afectando tanto a las comunidades rurales como a la política interna del país.
Cambio Climático: Un Desafío Global con Menos Compromisos de EE. UU.
Trump también ha sido un líder escéptico frente a la crisis del cambio climático. Durante su primer mandato, Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París, lo que debilitó la lucha global contra el cambio climático.
Para Colombia, uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, la falta de liderazgo estadounidense en esta materia representa una amenaza significativa. Según el Banco Mundial, Colombia es uno de los países más expuestos a fenómenos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y deforestación, que afectan tanto a su economía como a su biodiversidad.
Si bien Colombia ha tomado medidas para abordar el cambio climático, la falta de un aliado estratégico como Estados Unidos podría dificultar el acceso a fondos internacionales y programas de cooperación. Sin la participación activa de EE. UU., Colombia podría tener que buscar nuevas alianzas internacionales y fortalecer su enfoque interno para enfrentar los efectos del cambio climático.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos abre un periodo de incertidumbre para Colombia. Las políticas comerciales proteccionistas, el endurecimiento de las políticas migratorias y las exigencias en materia de seguridad son algunos de los puntos críticos que el gobierno colombiano deberá manejar con cautela. Sin embargo, también existe la posibilidad de que Colombia pueda adaptarse a este nuevo escenario, diversificando sus relaciones internacionales y buscando fortalecer sus sectores internos.
Lo que está claro es que la relación con Estados Unidos, aunque crucial, ya no será la misma que en el pasado. La clave para Colombia será equilibrar su política exterior, mantener un enfoque firme en la cooperación internacional y, sobre todo, aprovechar las oportunidades que puedan surgir de este nuevo contexto. La resiliencia será esencial para navegar los próximos años en un mundo cada vez más impredecible.