Uno de los batallones más reconocidos por falsos positivos es el Batallón la Popa, ubicado en Valledupar, Cesar, dentro de la Costa Caribe Colombiana. Dentro de los comandantes de la Popa investigados por ejecuciones extrajudiciales están el coronel (r) Publio Hernán Mejía y el coronel (r) Juan Carlos Figueroa Suárez. Aunque ambos están dentro de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) existen dudas sobre su colaboración a la verdad, justicia y reparación.
Por lo menos en el caso del coronel Publio Hernán Mejía, la Fiscalía de la JEP tiene pruebas de su presunta responsabilidad en la desaparición, tortura y asesinato de 72 personas. No obstante, el exmilitar Publio hasta la fecha se ha declarado inocente de las acusaciones hechas en su contra.
La magistrada antioqueña Reinere Jaramillo ha liderado esta investigación y junto con su colega Raúl Sánchez deben sopesar los 1.153 documentos y escuchar los 82 testimonios solicitados para determinar la culpabilidad o inocencia de Mejía. El proceso que se debe realizar en tres momentos: el 17, 18, 28 y 29 de octubre; 12,13, 25 y 27 de noviembre y, finalmente, 3 y 4 de diciembre de 2024. En caso de dictaminar culpabilidad el coronel (r) Hernán Mejía, por su tiempo al mando es decir el periodo entre el 9 de enero de 2002 y el 9 de julio de 2005, podría ser condenado hasta 20 años de cárcel. En el Batallón la Popa existen varios militares retirados con investigaciones por ejecuciones extrajudiciales.
El Batallón la Popa
El nombre completo de la unidad militar es: El Batallón de artillería de campaña No 2 La Popa. Según los fiscales de la JEP el Cesar fue uno de los lugares donde se registraron, al menos, 135 asesinatos de civiles registrados como bajas de combates por parte de la fuerza pública. No obstante, la unidad militar operar en el Caribe Colombiano y realizar operaciones en lugares del Cesar como: Pueblo Bello, Bosconia, Valledupar, La Paz y San Diego. Las víctimas de la Popa no solo fueron del Cesar o del Caribe.
Dentro de los perjudicados por los militares de la Popa se incluyeron miembros de la comunidad Arhuaca, civiles de otras regiones del país, campesinos etc. Según la Unidad de Investigación y Acusación, la Fiscalía de la JEP, la práctica de asesinar civiles ya estaba presente desde el año 1990 y en varias ocasiones los soldados de la costa actuaron con la complicidad de paramilitares como alias “38”, “39” y “El Paisa”. Para el caso, según la Unidad de Investigación en la Popa los militares tenían un procedimiento para encubrir la verdadera causa de muerte de los inocentes.
Los cadáveres una vez se maquillaban como muertos de enfrentamientos pasaron a varias fosas comunes, por ejemplo, el campo santo del Copey Cesar. Las víctimas como Doris Tejada debieron esperar años completos para primero tener el paradero del cuerpo de sus seres queridos y aun así seguir esperando para obtener la verdad mediante los testimonios de los diferentes comandantes del Batallón la Popa; no obstante, los generales, en apariencia, no colaboran.
La lucha de las victimas
Doña María Doris Tejada el 16 de enero de 2008 mientras dormía sintió la necesidad de encontrar a su hijo, Oscar Alexander Morales Tejada. En los sueños doña Doris vio en la televisión que las madres estaban buscando a sus hijos en Ocaña. Cuando la madre regresó a la vigilia comenzó la búsqueda de Oscar, quien aceptó un trabajo fuera de Cundinamarca; no obstante, desde diciembre de 2007 no había vuelto a dar noticias. La involucrada quiso un camino sencillo; pero la realidad fue otra, a la señora Doris Tejada le toco un trayecto largo y bien complicado para ubicar el cuerpo de Alexander.
La señora Tejada primero realizó la denuncia y en dos años no pasó mayor cosa. Por lo infructuoso, María buscó a las Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (Mafapo). El grupo la recibió, porqué ya había motivos de peso para pensar que Oscar había sido engañado, asesinado y pasado por subversivo por parte de las fuerzas armadas. Mientras tanto las autoridades seguían sin dar noticias sobre el paradero del cuerpo de Oscar, doña Doris nunca pensó que le esperaban 16 años y medio de búsqueda del paradero del cuerpo de su hijo, en el camino la familia de Doris debió vender su casa de Fusagasugá, necesitaban utilizar el dinero.
Con los años llegaron algunas respuestas y se encontró que el cuerpo de Oscar estaba en un cementerio del Copey Cesar junto con 67 cuerpos de NN y que el comandante de la Popa en 2008 era el brigadier general (r) Adolfo León Hernández Martínez, otro que como Publio debería dar su testimonio para esclarecer lo ocurrido con los falsos positivos.
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