Siempre he querido visitar Bután, un pequeño país en los Himalayas. Además de haber estudiado su enfoque en turismo, encuentro fascinante su compromiso de vincular el desarrollo directamente con la felicidad y la sostenibilidad. Bután es un destino absolutamente intrigante, lleno de cultura, tradiciones fascinantes y naturaleza.
Este país es un ejemplo global en la preservación de su biodiversidad, con un 51% de su territorio bajo protección. Su gestión turística se destaca por una política de alto valor y bajo volumen: cada año, el número de turistas está limitado, y los visitantes deben contratar un paquete turístico con una agencia local y pagar una tasa de sostenibilidad. Esta tarifa se destina a apoyar la educación, la infraestructura y la salud.
Lejos de ser una barrera para la economía y el desarrollo turístico, esta política aumenta el atractivo del destino, brindando a los visitantes una sensación de exclusividad. Aunque estas políticas pueden ser debatibles, han logrado que Bután sea reconocido en múltiples ocasiones por su dedicación a la conservación, la planificación y el desarrollo sostenible.