Susana Muhamad conoció las entrañas del mundo de la explotación petrolera trabajando para la multinacional Shell en La Haya, Holanda, a la que entró a trabajar en 2004 después de concluir sus estudios de Desarrollo Sostenible en Johanesburgo, Suráfrica, donde vivió con su actual esposo Pablo Espinosa mientras realizaba una maestría en la Universidad Stellenbosch. Entró a formar parte de la división de Shell Global Solutions International como consultora en temas ambientales y de sostenibilidad, pero después de cinco años, cuando la Shell empezó a invertir en innovaciones en la extracción petrolera con técnicas no convencionales como el fracking y arenas bituminosas, decidió renunciar.
Consecuente con sus convicciones, ya de regreso a Colombia una década después, Muhamad estaba liderando el movimiento Alianza Colombia Libre de Fracking que frenó el empeño de la Ministra del gobierno Duque, María Fernanda Suarez, quien estaba empeñada en abrirle la compuerta a esta técnica extractiva que terminó prohibida por ley aprobada por el Congreso. Muhamad había dejado su curul en el Concejo de Bogotá, que terminó anulada por el Consejo de Estado, para acompañar en la primera línea la campaña de Petro a la Presidencia y terminó siendo uno de los primeros nombramientos en el Ministerio de Ambiente.
Desde el día uno, en agosto del 2022, combinó su rol de jefe de la cartera con el del activismo ambiental y acompañó las movilizaciones para ratificar el acuerdo de Escazú causa que llegó a feliz término. Otra mujer de la Alianza contra el fracking que integra más de 120 organizaciones de la sociedad civil, Lilia Roa, terminó con un puesto en la junta de Ecopetrol, en representación del gobierno.
El determinante encuentro con Petro en Paris
Sin haberse aún desvinculado de la multinacional Shell, su compromiso con la causa ambientalista siguió creciendo y Susana Muhamad empezó a vincularse con grupos de activismo ambiental de distintas partes del mundo y en 2006 participó en un encuentro de colombianos en Paris en el que la figura central era el Representante a la Cámara por el Polo Democrático, Gustavo Petro.
Aunque en ese momento era más reconocido por sus beligerantes denuncias y debates parlamentarios contra el paramilitarismo durante la Presidencia de Álvaro Uribe, con su política de seguridad democrático en plena ejecución, el interés de Petro por la causa ambiental formaba parte de su agenda política y venía de tiempo atrás.
Mientras ocupaba un cargo diplomático en la embajada de Colombia en Bélgica, nombrado en 1994 por el presidente Ernesto Samper como respuesta a las amenazas que tenia en su contra, Petro se matriculó en el Diplomado en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional en la Universidad Católica de Lovaina, la misma donde el padre Camilo Torres cinco décadas atrás, en 1954 se había matriculado para a completar sus estudios de Sociología y donde sigue siendo recordado.
“Mis estudios en Bélgica tuvieron una gran influencia sobre mi (…) y el impacto ambiental en el desarrollo se volvió algo estratégico en mi lucha posterior”, ha escrito el propio Petro, así que las coincidencias con Muhamad eran más que evidentes. Ese encuentro significó para ella un punto de quiebre en su vida profesional y marcó el comienzo de su tránsito de técnica a política o mejor de política con formación técnica que marca el liderazgo que se ha ganado en el movimiento ambientalista mundial. Sin embargo, pasaron cinco años antes de su regreso a Colombia y a comprometerse personalmente en la causa política de Gustavo Petro.
El retiro de la Shell en el 2009, la llevó a emprender una nueva búsqueda: sus raíces palestinas, por el lado de su papá Carlos, hijo de inmigrantes árabes, comerciantes asentados, como muchos desde principios del siglo pasado en la Costa Caribe, a donde quiso regresar con su familia cuando Susana era una niña. Eso hizo que a pesar de haber nacido en el barrio Cedritos de Bogotá, el 21 de abril de 1977 hubiera terminado su bachillerato a los 18 años en el colegio British American School. Regresaría luego a Bogotá a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de los Andes.
Durante más de un año recorrió el medio Oriente en busca de sus raíces palestinas en compañía de Pablo Espinosa, un Filósofo y consultor que conoció en Europa. Regresaron a Colombia y más temprano que tarde Muhamad se vinculó a la campaña de Gustavo Petro para la Alcaldía de Bogotá por el recién nacido movimiento Colombia Humana. El triunfo electoral de Petro sobre Enrique Peñalosa y Gina Parody,le significó a Muhamad estrenarse en un cargo público en Colombia, su país, pero donde nunca había trabajado.
Entró al gobierno distrital como asesora de despacho del Alcalde y coordinadora de los gerentes de las entidades distritales, un cargo de confianza que la convirtió en una aliada política incondicional hasta el presente. Permaneció breve en su rol de asesora, porque pronto, en menos de seis meses, el 27 de junio de 2012, fue nombrada Secretaria de Ambiente en reemplazo de Margarita Flórez. Estaba finalmente en lo suyo, para lo cual se había preparado más de una década.
Sin embargo, la cercanía con Petro le significó dejar el sector ambiental después de un año para ocupar el 30 de Julio de 2013 la Secretaria General de la Alcaldía de Bogotá tras la salida de Orlando Rodríguez. Aunque pudo, sin embargo, rematar la Alcaldía en la Secretaria de Ambiente a la que regresó en julio de 2014, donde inició la lucha por la defensa de la reserva Thomas van der Hammen. A la Secretaría llegó la abogada y exfiscal Martha Lucia Zamora, quien después de haber sido cercana al Presidente y haber sido nombrada Directora de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado terminó en una agria pelea por el tema de los pasaportes y el contrato con Thomas Greg & Sons.
Una ambientalista seducida por la política
En 2018, el Movimiento Alternativo Indígena y Social -MAIS- le dio el aval para que participara en la contienda electoral de ese año al Senado de la República por la lista de los decentes encabezada por Gustavo Bolívar, pero no consiguió los votos; no obstante, insistió en el juego electoral y al año siguiente se presentó como parte de la lista cerrada de la Colombia Humana para el Concejo de Bogotá y con 182.867 consiguió una curul, la cual ganó por una pequeña diferencia que llevó a César García del Partido Cambio Radical a interponer una demanda que terminó ganando en el Consejo de Estado.
Muhamad se le adelantó a este revés y renunció al Concejo para apoyar la campaña presidencial de su mentor Gustavo Petro. Con el triunfo en las manos en junio del 2022, fue nombrada como cabeza del equipo de empalme en temas de medio ambiente. El suyo como Ministra de Ambiente y Desarrollo sostenible fue uno de los primeros nombramientos que hizo el presidente electo y en los más de dos años en el cargo Muhamad no ha hecho otra cosa que aumentar la confianza del Presidente en ella y crecer su proyección como líder ambiental que coronó en la COP16, de la que fue nombrada presidenta. Le queda por delante ejecutar el millonario presupuesto que tiene su sector alimentado por jugosos aportes internacionales.
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