Para Buenaventura, el TLC significa “Tan Lejos del Comercio”.
Mínimo o casi nada, ha sido lo avanzado para adecuar la infraestructura del puerto que nos conecta a los colombianos con el Pacífico. Pese a que desde el gobierno nacional, más exactamente por los lados de la vicepresidencia insisten: “Colombia prospera con infraestructura y transporte”.
La carretera, la tan cacareada doble calzada, avanza pero no convence. Con cada temporada invernal vuelven los derrumbes, los bloqueos y los dolores de cabeza para el transporte de carga, qué decir de los dramas humanos que en cada ocasión le cuesta la vida a víctimas inocentes como si la carretera fuera un altar de sacrificio a dioses rabiosos del “más allá” por el manejo del medio ambiente.
La doble calzada, un sueño de muchos años, no logra ofrecer condiciones de seguridad y operatividad y de terminarse —sin saberse cuando— seguirá la misma pregunta intacta: ¿podrá utilizarse sin riesgos los 365 días del año?
Del canal de acceso al puerto, los colombianos hemos escuchado hasta la saciedad. Que si la Sociedad Portuaria lo draga, que si el Estado lo profundiza, que si se hace un contrato a dedo, que si se licita. Y van pasando los meses, ya casi los primeros doce del segundo tiempo de la era Santos, sin que los cuatro ministros de Transporte que han pasado —incluyendo la ministra actual— logren desatar ese nudo. Mientras tanto los barcos con sus contenedores ahí, a la espera de que les ahonden la vía marítima para embarcar y desembarcar su mercancía.
¿Qué falta para entender el problema?, ¿por qué la doctora Natalia Abello, no le da una salida a la situación? Llevar la carga de Buenaventura a Bogotá por carretera, cuesta US$3,58 por kilómetro. Y de Róterdam a Fráncfort, US$1,20.
Casi un tercio. ¿Cómo es eso posible, cuando los costos de mano de obra, por ejemplo, son más bajos en Colombia que en Holanda y Alemania? En fin, lo cierto es que hoy enviar un contenedor desde Buenaventura a Bogotá vale tres veces más que enviarlo desde ese puerto de Colombia a Shanghái.
¿Por qué no se arriesga a tomar una decisión por nuestro Pacífico? Cada día que se pierde es un día menos para la competitividad del país y los ministros se van sin hacer nada. Por esa silla, en la que también se escuchó decir a un ministro que lo que se tenía que hacer era construir otro puerto como Málaga,Tribugá, Aguadulce o lo que sea, ¡carreta! porque ni se mejora Buenaventura ni hay opciones diferentes. Si no han podido con el que tenemos, ¿cómo sería el abandono si se tuvieran otros?
Y qué decir de su gente, los bonaverenses. Buenaventura sigue estancada. Sus niveles de desarrollo son lamentables. La educación, la salud, la vivienda, no se compadecen con las necesidades de una ciudad puerto. Los planes de desarrollo siguen pasando, sus alcaldes también, sin que las condiciones mejoren, sin que la corrupción se acabe y sin que sus gentes esquiven las corbatas indiferentes de los ministerios en esta fría Bogotá. ¿Hasta cuándo?
@josiasfiesco
