La joya de la corona del gobierno Petro, la Sociedad de Activos Especiales (SAE), de la que se están obteniendo valiosos bienes urbanos y rurales incautados hace décadas a los narcos, terminó en manos del exconcejal verde Diego Cancino. Una buena parte de las tierras que el gobierno le ha repartido a grupos de campesinos tienen su origen en estos predios de la SAE, razón por la cual es un cargo estratégico para el gobierno.
Sorprendió la salida en julio pasado de Daniel Rojas para posesionarse como nuevo Ministro de Educación en reemplazo de Aurora Vergara, cargo al que llegó sin experiencia en el sector y después de haber tenido una gestión sobresaliente como cabeza de la SAE, al punto que el Presidente lo dejó durante estos tres meses con los dos roles.
Diego Cancino formó parte del sector de los verdes que apoyó la candidatura de Gustavo Petro, decisión política que ha sido bien retribuida. Filósofo de la Universidad Nacional, fue el viceministro de Luis Fernando Velasco durante los últimos meses en los que el payanés permaneció en el gabinete, del que salió salpicado por el escándalo de la Ungrd, pero el entrante Juan Fernando Cristo no lo ratificó y nombró a Gustavo García, hijo del mayor aliado liberal de Petro, Guillermo García Realpe, quien forma parte de la junta de Ecopetrol.
Cancino tendrá que darle continuidad a la importante transformación con respecto al manejo que se le había dado en gobiernos anteriores, representando una fuente importante de recaudo a través de las ventas de bienes que fueron de narcos y de apoyo a la educación pública y otros sectores por medio de la entrega y reinvención de algunos de estas propiedades. Por su parte, Daniel Rojas quedará enfocado únicamente en sus labores como Ministro de Educación.
Mantiene cerca a uno de sus mayores aliados entre los verdes
Antes de aterrizar en el gobierno, Cancino había sido concejal de Bogotá por la Alianza Verde, donde hacía parte del ala más Petrista de la colectividad. Desde la corporación, sostuvo una posición de independencia frente a la administración de Claudia López, con quien fue muy crítico e incluso llegó a anunciar su precandidatura a la Alcaldía buscando sucederla, aunque terminó renunciando, no sin antes criticar el mecanismo que tenía el Partido para elegir candidato. Luego, intentó quedarse otros cuatro años más en el Concejo, pero poco más de 7 mil votos no fueron suficientes.
Además, es uno de los principales contradictores que ha tenido el actual gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, a quien denunció por irregularidades en temas de contratación durante su primera Gobernación.
