Después de haber transitado el camino de la armonía y el arduo llamado a los grupos armados ilegítimos de cesar las acciones de violencia contra las fuerzas, cuerpos de seguridad del Estado y la ciudadanía, es imperativo que esta persona sea propuesta al prestigioso galardón mundial, ya que ha demostrado su habilidad para construir una sociedad sin brutalidad e incentivar a los violentos a respetar la constitución y la ley de nuestro país.
Se debe reconocer que el señor Mancuso está actualmente contribuyendo a curar heridas que ha dejado la violencia contrainsurgente en todo el territorio colombiano, quienes actuaron con el beneplácito de la Fuerza Armada colombiana, sectores políticos, ganaderos, agricultores, bancarios y, en fin. Lo que se puede decir es que, durante muchos años, el Estado no controlaba la seguridad, sino organizaciones al margen de la ley.
Es necesario que el marco legal colombiano implemente una disposición que evite el etiquetamiento de individuos alzados en armas que han sido sometidos o integrados a las instituciones legalmente establecidas.
Esto significa que quedaría como delito aquellos que insulten o degrade con términos ofensivos en redes sociales, periódicos digitales e impresos y en cualquier medio de comunicaciones contra promotores o gestores de paz, que un día la sociedad enferma lo excitó a transgredir la norma penal. No es factible permitir que el estigma sea un factor negativo para el nacimiento de un nuevo ser.
En la actualidad, resulta esencial que Salvatore Mancuso sea autorizado por el gobierno para llevar a cabo labores de paz no solo en el territorio colombiano sino también en el exterior. Esto puede permitir la vivencia de su discurso pacífico hacia un mundo mejor, dado que los demás países deben comprometerse con esta labor ardua. Las naciones poderosas tienen que contribuir en todo lo que sea posible para perfeccionar el proceso de paz de Colombia.
Comprendo que la iniciativa requiere que el gobierno nacional, los veedores y otros sectores de la sociedad colombiana participen activamente en esta paz, pero no debe estar aislado de las organizaciones mundiales como la OEA, ONU y otros, así pues, se afianzará la estabilidad de la seguridad del país, por lo que se abrirá el sendero del progreso.
Sería importante que el señor Mancuso u otras personas que se encuentran en la misma situación jurídica disertaran en el resto del mundo y en Colombia sobre los bienes que entregó como un medio para resarcir los errores cometidos en antaño, obviamente impulsados por miembros de las instituciones de un estado fallido, que aprovechó ilegalmente sus propiedades, dándole un destino diferente a lo que pormenoriza la ley, es decir, sin ingresarlas a la construcción de paz.
Asimismo, el promotor debe utilizar frecuentemente las plataformas digitales para promover la resolución de conflictos en nuestra colectividad, ya que desde la distancia se puede observar biotipológicamente que es un ser con un alto coeficiente intelectual. Esto podría ser aprovechado para fomentar a los diversos grupos armados ilegales que operan en el país en dejar el espíritu violento para que se reincorporen en la construcción de una sociedad más justa.
El cese de la violencia armada en Colombia no es nada sencillo, pues nuestro mayor obstáculo es lo cultural y la civilización, por lo que se requiere un proceso generacional para extraer resultados efectivos.
