Tuve el privilegio de conocer Río de Janeiro, en Brasil. Quedé impactado por las aceras. Toda la ciudad tenía sus andenes impecables, uniformes, con estampados simétricos y muy cuidados. Eso, obviamente, le daba a toda la ciudad, a sus playas, parques, edificios, casas y calles una belleza adicional y una sensación única. Eso mismo lograríamos para todas las ciudades en Colombia, en menos de 4 años, si se optara por construirlos o mejorarlos con el sistema de obras por impuestos.
Para hacerlo, bastaría que las alcaldías, junto con los consejos municipales, permitan que un porcentaje del impuesto a la propiedad inmobiliaria, que se debe pagar obligatoriamente, en lugar de ir a las cuentas del gobierno local, se destine, directamente por el dueño del inmueble, a la construcción de “sus” andenes. Así, si una persona debe pagar un millón de pesos de predial, se le permitiría construir su andén por, digamos, quinientos mil pesos (COP 500,000), y la administración financiar la diferencia.
El diseño de lo que se haría lo determinaría el estado y, dado que todos usaríamos los mismos planos y especificaciones, se sabría exactamente cuánto vale cada metro de ello y cuánto, por ende, es lo que se rebajaría de la factura catastral.
El sistema ya se viene usando para la financiación de las obras que las comunidades de los municipios con Plan de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) priorizaron. Así como funciona en las zonas más más afectadas por la violencia y la pobreza, también nos servirá en Bogotá, Cali, Medellín y las demás.
El sistema acelera las inversiones. En el año 1 se cobra el impuesto, en el año 2 se proyecta su inversión y, suponiendo que nada pasa, en el año 3 se comienza a ejecutar la obra. Con esta propuesta, en el mismo año en que se liquida el impuesto, es decir, en el año 1, se inicia la construcción de los andenes.
La propuesta ayuda a que los habitantes se apropien de su ciudad
La propuesta ayuda a que los habitantes se apropien de su ciudad. Que cada quien haya sido responsable de la construcción de su andén aporta a la identidad local .
Es un clásico caso de fusión entre el interés individual y el general. La persona que pague su impuesto predial construyendo su andén va a quedar feliz con su casa, edificio o local comercial embellecido. Adicionalmente, se le valorizará la propiedad.
Para la comunidad habrá espacio público precioso, nos aseguraremos de que todos los andenes sean para peatones, y se incorporarán todas las facilidades que necesitan quienes estén embarazadas, vayan con niños, con ancianos o tengan alguna limitación física o de otra naturaleza.
Mejorará la seguridad. Está probado que la apropiación del espacio público por las comunidades tiene una relación directa con el apoyo a la labor de la policía y a la prevención de factores de riesgo. Obviamente, la misma buena suerte seguirá el cuidado del espacio público, en tanto cada quien querrá que el sitio que ha ayudado a construir y que ahora aprecia no sea invadido ilegalmente.
Ayudará en la planeación urbana y a la movilidad. En la medida en que los andenes se diseñarán por la administración para cada zona, vendrá de contera que serán los adecuados para cada uso previsto en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y que contarán con las especificaciones que se precisan para que no se obstruya, sino que se facilite la circulación.
